¿Quién soy yo?

Esta pregunta es una pregunta maestra dentro de todas las preguntas, a mi entender. Maestra porque nos lleva a indagar en nuestra naturaleza real, en nuestra verdadera esencia. No quiere decir que por formulárnosla lleguemos a esa verdadera naturaleza, pero nos pone en camino. Es una pregunta que debería ser recurrente en la vida de cada cual por el echo de que si no caminamos cada vez más perdidos.

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Como ya dije en un artículo anterior, normalmente somos muchos, no uno sólo. Muchos aspectos que surgen en la personalidad que todavía no ha llegado a responder esta pregunta tan colosal. Esos aspectos nos llevan de un lado a otro, sin un rumbo fijo, sin un sistema de conducta bien engranado y basado en nuestra esencia. Ese sistema de conducta engranado sería el rumbo que nos llevaría a lograr lo que hemos venido a lograr al mundo, cada uno lo suyo. Eso si es que hemos venido a lograr algo al mundo, claro. Para mí todo logro no es más que una ilusión, pues así quedará en la historia, como una ilusión que, algún día, ya no será recordada.

Más bien veo la vida como una especie de cruzada por la sabiduría en la que muy pocos llegan a resultados más o menos palpables y en la que la gran mayoría sucumbimos ante placeres y distracciones que nos lastran y sacan del camino a la sabiduría. En mi mente imagino que esto es así o parece ser así porque de alguna manera se busca seleccionar o auto seleccionar consciencias elevadas como forma refinada de «alimento» y para ello se coloca un escenario cada vez más complejo ante cada consciencia con el fin de que la selección sea cada vez más exquisita y refinada.

Si es así el asunto o no, no lo sé. Realmente sabemos tan poco de la vida y de lo que somos que asusta. Estoy seguro de que existirán seres humanos en la tierra que hayan llegado a comprender estos asuntos, pero estos no creo que estén en las redes ni dejando información y sabiduría más que a unos pocos que se topen en su camino por serendipia pura, por Kairós espiritual. Dicen que el maestro aparece cuando el alumno está preparado. Pues para toparse con esos maestros el desarrollo que ha tenido que darse en uno es monumental. He oído hablar de seres humanos que son muy longevos porque están en equilibrio cuasi perfecto con todas las leyes de la naturaleza. Son maestros en el equilibrio de las fuerzas mentales, emocionales, sentimentales y físicas y eso produce una especie de homeostasis que les mantiene jóvenes y saludables durante mucho mucho tiempo.

Todo son leyendas, a fin de cuentas, pero cuadra a la razón con que podría ser cierto. Al igual que hay una masa ingente de seres humanos desequilibrados (entre la que me encuentro) en todos los campos del ser, podrían existir seres humanos super equilibrados debido a su sabiduría y voluntad perfecta de estar siempre en equilibrio. ¿Quién sabe?

Ian

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