DESIDERATA

Ve plácidamente entre el ruido y la prisa. Recuerda que la paz puede estar en el silencio. Sin renunciar a ti mismo, esfuérzate por ser amigo de todos. Di tu verdad, quietamente, claramente. Escucha a los otros, aunque sean torpes e ignorantes; cada uno de ellos tiene también una vida que contar. Evita a los ruidosos y agresivos, porque ellos denigran el espíritu. Si te comparas con los otros puedes convertirte en un hombre vano y amargado; siempre habrá cerca de ti alguien mejor o peor que tú. Alégrate tanto de tus realizaciones como de tus proyectos. Ama tu trabajo, aunque sea humilde; es el tesoro de tu vida. Sé prudente en tus negocios, porque en el mundo abundan las gentes sin escrúpulos. Pero que esta convicción no te impida reconocer la virtud; hay muchas personas que luchan por hermosos ideales; y dondequiera, la vida está llena de heroísmo. Sé tú mismo. Sobre todo, no pretendas disimular tus inclinaciones. No seas cínico en el amor, porque cuando aparece la aridez y el desencanto en el rostro, se convierte en algo tan perenne como la hierba. Acepta con serenidad el consejo de los años y renuncia sin reservas a los dones de la juventud. Fortalece tu espíritu, para que no te destruyan inesperadas desgracias. Pero no te crees falsos infortunios: muchas veces, el miedo es producto de la fatiga y la soledad. Sin olvidar una justa disciplina, sé benigno contigo mismo. No eres más que una criatura en el Universo, no menos que los árboles y las estrellas; tienes derecho a estar aquí. Y si no tienes ninguna duda, el Mundo se desplegará ante ti. Vive en paz con Dios, no importa como lo imagines; sin olvidar tus trabajos y aspiraciones mantente en paz con tu alma, pese a la ruidosa confusión de la vida. Pese a tus falsedades, penosas luchas y sueños arruinados, la Tierra sigue siendo hermosa. Sé cuidadoso. Lucha por ser feliz.

INSCRIPCIÓN FECHADA EN EL AÑO 1692

ENCONTRADA EN UNA TUMBA DE LA VIEJA IGLESIA DE SAN PABLO DE BALTIMORE

¿Cuál es mi misión en la vida?

Escuchar mientras se lee

¿Tenemos una misión en la vida? ¿Cuándo daremos con ella? ¿Otros han dado con ella? Yo creo que sí tenemos una misión en la vida, o muchas más bien, pero se revelan a su debido tiempo, cuando somos capaces de comprender y manejar las fuerzas necesarias puestas en juego para llevarlas a cabo. Cuando somos bebés una misión es llegar a andar sobre los dos pies sin caernos. Es un ejemplo sencillo de cuántas misiones hay. El trato que tenemos con la gente con la que nos relacionamos es una misión constante. Pero yo me refiero más en particular a la misión o misiones grandes, o pequeñas pero que marquen a la gente para bien, que tengamos que llevar a cabo en la vida. Muchas personas cumplen su misión en la vida porque se la proponen y, de alguna manera, les llega.

También es verdad que las edades a las que las personas están preparadas para su misión son muy variopintas. Un ejemplo es el del  Coronel Harland Sanders que con 60 años se hizo de oro con su franquicia KFC. Su misión principal en la vida se materializó a esa edad. Por tanto, si sientes que estás perdido en el mundo, sin un rumbo fijo y sin saber qué hacer, tranquilo, somos muchos los que estamos en esa situación y es porque no nos ha llegado el momento. De todas maneras no hay que crear un negocio super exitoso ni ser famoso para llevar a cabo tu misión. Cada cual sirve de maneras muy diversas y extrañas a los designios de la voluntad divina. Unos con su amistad, otros con un hola y adiós y otros casándose con nosotros o siendo nuestro hermano. Creo que hay, además, múltiples misiones de toda índole y escala a lo largo de una vida.

Mucha gente, todo el tiempo, está descubriendo su misión en el mundo. Yo tuve un amigo que quería ser cirujano ya desde antes de estar en el instituto, que es donde le conocí. Ahora es un cirujano reconocido en Alemania. Os recomiendo la lectura de un libro que se puede encontrar en pdf en internet llamado “El juego de la vida” de Florence Scovel Shinn. En el link lo podéis descargar. Me está ayudando mucho a orientarme en cuanto a cómo moverme en el mundo. Yo, por ahora, no tengo clara mi misión y sigo buscándola, pero voy a decretar que ya la tengo clara y que es escribir y hacer música. Por ahora es lo que estoy haciendo y es para bien de todos y sé que me da muy buen dinero, ¡ea! ^_^

Ian

Voluntad de cambio

Transitamos la vida, normalmente, sin prestarle mucha atención. Pasamos de una cosa a la otra, como el que está viendo vídeos cortos en internet. Se nos pasan entonces muchos detalles por alto. Como, por ejemplo, por qué tenemos siempre relaciones parecidas. O por qué se cumplen ciertas cosas que pensamos y otras no. Solemos estar a la deriva en general y nos preguntamos por qué somos tan desdichados. Habitualmente dejamos nuestro destino en manos de otro ser, ya sea Dios, nuestro jefe o nuestros familiares y amigos. Lo dejamos en manos de la misma vida y vagamos sin rumbo fijo. Eso hace que nos preguntemos ¿por qué?, cuando deberíamos preguntarnos ¿cómo? ¿Cómo ha ocurrido esto? ¿Cómo he llegado aquí? ¿Cómo puedo cambiar la situación vital en la que me encuentro?

Se pueden hacer ciertas cosas para cambiar esos cómo y transformarlos en ya sé. Primero darse cuenta de que la vida es cíclica y nos presenta una y otra vez los mismos desafíos disfrazados de nuevas situaciones o personas. Hasta que no identifiquemos esos patrones y los resolvamos adecuadamente van a seguir apareciendo una y otra vez. Parece que tenemos que aprender sí o sí sobre ciertas cosas y hasta que no lo hagamos no hay nada que hacer. La cosa es que si aprendemos a ver un patrón y lo ­­superamos nos volverán a aparecer nuevos patrones sobre los que aprender y así hasta el final de nuestra vida. La mayoría de nosotros nos quedamos atrapados en ciertos patrones y no somos capaces de verlos ni de hacer nada para cambiarlos, por lo que la vida se vuelve monótona y aparentemente predecible. Sin embargo, siempre hacemos algún pequeño cambio y eso lleva a otros cambios a su vez. Nunca nada es estático totalmente, todo fluye.

Segundo prestar atención a las relaciones que tenemos y las situaciones que vivimos. Esto es una profundización de la primera parte. Cuando prestamos atención a las relaciones y situaciones vividas podemos vislumbrar esos patrones y comenzar a cambiarlos por fin. Desgraciadamente o no, normalmente hacen falta situaciones muy dramáticas para que alguien examine su vida y decida hacer un cambio en esos ciclos viciosos y convertirlos en virtuosos. Si se acumulan una serie de vueltas en la espiral y no se avanza entonces ocurre una especie de colapso de onda a partícula y se manifiesta la tragedia que, normalmente, suele ser un purgante de esos círculos viciosos teniendo a la muerte como máximo exponente de la purga.

Tercero tener voluntad de cambio. Si se tiene voluntad de cambio y se van acumulando pequeños cambios estos llegan a hacer una pequeña bola de nieve que va creciendo y si no se ceja en el intento entonces se puede llegar a ver el patrón del círculo vicioso que se quiere romper y se puede lograr romper. Se puede acumular esta voluntad de cambio día a día, hora a hora y minuto a minuto. Dependiendo de la situación que se esté viviendo este cambio tardará más o menos en darse, pero terminará dándose llegado el momento. Es como colapsar la onda con la voluntad, en lugar de esperar a que se acumulen las vivencias y terminen haciéndonos explotar. No es fácil hacer esto porque la vida que vivimos nos lleva a la complacencia todo el tiempo y las inercias físicas, mentales y emocionales igual. Pero se puede hacer, todos estamos en el proceso de una forma u otro. Así que mucho ánimo y piensa que podemos hacerlo. Sólo hace falta un poco de constancia, sacar fuerzas de flaqueza y voluntad de cambiar.

Ian