Síndrome del impostor

Sufro del síndrome del impostor al escribir y al hacer música. Siento que no llevo lo suficiente haciéndolo, o que no soy lo prolífico que podría haber sido haciéndolo. Siento que no valgo para ello, que no soy un referente ni mucho menos de nada. Sin embargo, hay una parte de mí que eso le da un poco igual y por eso me lanzo a escribir y a hacer música. Utilizo la escritura y la música como una forma de terapia, se podría decir. Ante la soledad y frente a mi vida descubro estas artes como preciosas y singulares, capaces de generar en mí sensaciones y vivencias que son muy positivas para mí, liberadoras.

Puedo dar rienda suelta a la imaginación, aunque nunca está suelta del todo para que no se convierta en un galimatías. Me permite liberarme de demonios y pensamientos negativos y facilita la liberación de ideas peregrinas que no podría liberar en una conversación normal. Escribir es algo muy bello y misterioso. Nunca se sabe qué palabra vendrá la siguiente ni qué idea hará surgir como siguiente. Así que tenga o no tenga síndrome del impostor voy a seguir escribiendo, por mi bien, porque puede que alguien se sienta identificado y le sirva. No sé.

Quizá mi síndrome del impostor venga de un miedo a llegar a tener algún tipo de repercusión, cosa que no quiero. Me gustan el anonimato y la vida tranquila. Sin embargo, escribir para que nadie lo lea o hacer música para que nadie la escuche es una frustración. Así que seguiré haciendo música y escribiendo, hasta el fin de mis días si tiene que ser, me sienta o no impostor. Creo, además, que la única manera de que este síndrome desaparezca es haciendo justo aquello que te hace sentir impostor. Y llegará un día en que hayas acumulado tanta practica y pericia que te sentirás profesional de ello o algo parecido.  Eso quiero pensar…

Ian

La tribu del despertar

Escuchar mientras se lee…

Quiero escribir, pero no sé sobre qué escribir. Para que me surja directamente lo que estoy haciendo es escribir por escribir. Hay millones de cosas sobre las que podría escribir. Millones de situaciones, eventos, sentimientos, pensamientos, etc. Pero me gustaría definir sobre lo que quiero escribir, darle una acotación. Me gustaría que fuese algo que sirviese a quien lo lea. Imaginarme que ésta es la última cosa que escribiré en mi vida. Te diré que me he pasado media vida o más intentando desentrañar el misterio de la vida, entre otras cosas y no he tenido éxito. Creo, a estas alturas, que es absurdo intentar desentrañar ese misterio, pero, a la vez, hay que intentarlo. Y es que las grandes cosas parecen absurdas, sobre todo al principio y luego van tomando forma y comienzan a tener sentido, por lo menos para quien originalmente las imaginó. Así que espero que mi búsqueda continúe, aunque sea absurda y, quien sabe, tal vez, algún día, pueda encontrar el misterio de la vida.

Por ahora me he topado con algunas filosofías y con ciertas experiencias propias que me dicen que hay un grupo humano que se diferencia del resto por estar “despierto”. Término que ahora está muy de moda, pero no me refiero a la gente que se autodefine “despierta” si no a unos que no les hace falta definirse porque ya saben que están despiertos. Lo notan en la cualidad y modo de su consciencia. Son seres, por lo visto, que han encontrado su verdadero ser, la esencia que hay en cada uno de nosotros y que, después de mucho tiempo y esfuerzo, han logrado llegar al núcleo de esa esencia que todos somos. A partir de ahí uno comienza a encontrarse con otros “despiertos” de maneras que podríamos definir como mágicas y estos otros despiertos, que llevan más tiempo en ese estado y han profundizado más que nosotros, nos enseñan sobre la nueva vida.

No sé cómo será realmente el proceso o qué se puede llegar a encontrar uno en esa nueva vida, pero sí sé que hay una parte de mí que siente que esto es cierto, que ese grupo humano existe y que, de alguna manera, está esperando a aquel o aquella que sea capaz de lograr despertar por sí mismo. Entonces la vida será muy diferente, fuera de bucles o sin razones y mucho más libre que la vida de ahora, aunque la de ahora también es libre, pero nos esclavizamos a nosotros mismos. Eso pienso hoy en día. Puede que sea muy fantasioso, pero he vivido cosas muy extrañas que me llevan a pensar que eso es así. Si algún día lo descubro y despierto tal vez lo cuente. O quizá ya no me haga falta contar nada de nada…

Ian

¿Determinados o indeterminados?

¿Hasta qué punto estamos determinados o indeterminados? ¿Tenemos libre albedrío realmente? A medida que escribo todo lo que escribo queda determinado y apunta hacia una dirección de pensamiento. Esa dirección de pensamiento está determinada por la anterior dirección de pensamiento y así desde el primer pensamiento que tuve. Me pregunto si estaré escribiendo cada una de las palabras que ahora escribo porque están determinadas o porque estoy eligiéndolas conscientemente. Si nos fijamos en las 7 leyes del Kybalión todo está determinado porque toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su causa y la primera causa es mental, proviene de la mente universal. Así que el camino ya está preestablecido. Estamos determinados. Significa eso que todos los libros del mundo y estaban escritos de ante mano, coma por coma, punto por punto.

Sin embargo, hay una parte de nosotros que nos dice que no, que no todo está predeterminado, que existe la posibilidad de elección real. La gente que así piensa se responsabiliza de sus actos y construye su vida conforme a sus elecciones y suelen tener una vida más exitosa y fructífera que la gente que se deja llevar por los oleajes de la vida, aquellos que no tienen el control de su destino porque lo delegaron a otras cosas. De todas maneras, hay gente que consigue un grado de éxito dejándose llevar y otros que intentan moldear su destino y no lo logran. Es un asunto extraño este. Depende de cuánto se conozcan las diferentes fuerzas que gobiernan el mundo y cómo moverse dentro de ellas para obtener o no el supuesto éxito.

Por otra parte, ¿quién determina qué es el éxito? Yo creo que el éxito es el logro de la coherencia máxima entre lo que se piensa, se siente, se dice y se hace. Ser capaz de ser fiel a uno mismo el máximo tiempo posible. De todas maneras, que esto sea así es algo muy complejo de llevar a cabo pues tenemos muchas creencias, heridas, miedos, flaquezas, etc. que nos hacen ser disonantes con nosotros mismos y con el mundo. La orquesta de disonancia que eso produce hace que esté el mundo humano tan revuelto como está. Además, ahora se favorece o se aplaude la mediocridad y se ridiculiza la impecabilidad.

Yo me pregunto si todo esto estará determinado por la mente suprema o no. Para mí sí lo está, para eso es la mente suprema, el Gran Espíritu. Para mí, si tuviésemos conocimiento de todo, sabríamos perfectamente cómo se movería cada átomo del universo. El juego está en que nos hemos olvidado de todo y estamos sumidos en un gran desconocimiento. Yo creo que esta es una manera que tiene la gran mente de descansar y disfrutar. Porque así puede creer durante un tiempo que está separada, que no controla su destino y que existen fuerzas externas a ella. Aquellas y aquellos que recuerdan porciones mayores de la mente universal son los que tienen el don de la clarividencia y la profecía, puesto que pueden ver más partes del panorama que, a fin de cuentas, y es mi creencia, es como una foto estática.

Ian