Serendipia

Eso es lo que debería ocurrir, una serendipia, una sincronicidad, algún evento “fortuito” que me diga, de todas todas, que tengo que renovar mi página en WordPress. Realmente casi nadie lee lo que escribo, por no decir nadie, y no estoy siendo muy entretenido que digamos con los artículos que estoy haciendo. Sólo son divagaciones de un personaje más sin mucha relevancia dentro de este cuento. Pero es que tampoco quiero tenerla. Yo sólo quiero escribir porque me gusta mucho, no sé cómo explicarlo. Es como una liberación que no sirve de nada y a la vez sirve de mucho. Es una paradoja más dentro de tantas y tantas paradojas de la vida.

Últimamente, además, estoy pensando que la vida es puro misterio. Que todo lo que se sabe o se supone que se sabe sobre la vida es “mentira”, digamos, y que los pocos seres humanos que hayan llegado a saber qué es realmente la vida por experiencia propia no pueden comunicarlo al resto porque es como que han superado una barrera cognitiva y hace falta superar esa barrera para poder adquirir el saber que te indica qué es la vida. Una vez allí, la persona comprende con todo su ser que no puede transmitir ese conocimiento de ninguna manera y entonces opta por el silencio sepulcral.

Imagino que esas personas encontrarán a otros de su mismo tipo por semejanza vibracional. Este tipo de seres humanos ya no hacen las cosas corrientes que se les puede achacar a un ser humano corriente. O tal vez sí, pero las hacen de una manera muy diferente y con un fin distinto también. Total, que dentro de toda la graduación de sistemas de cognición humanos se pueden inducir determinados ciclos en la espiral evolutiva que implican resonancias diferentes y comprensiones de la vida y del mundo muy diferentes entre sí también. Tanto que no se pueden comunicar unas con las otras. Es como un si un matemático de último curso de la universidad de matemáticas pretendiese que un niño de 5 años entendiese un problema complejo matemático. No podría a no ser que el niño fuese un niño con altas capacidades…

Al final con un artículo diré si hubo o no serendipia y ese artículo será el último o el primer artículo de una serie nueva de artículos. Dejo a la vida esa opción y sea lo que sea será igual de importante que cualquier otra cosa…

Ian

¿Qué hacer?

¿Qué hacer, qué pensar, qué decir, qué sentir? Es curioso porque la mayoría del tiempo de nuestra existencia hemos pensado, dicho, sentido y hecho cosas que corresponden a las circunstancias en las cuales estamos encajonados, como quien dice. Y esas circunstancias son desde nuestro propio cuerpo a nuestros trenes de pensamiento, pasando por nuestros sentimientos que derivan de esos pensamientos y de torrentes de hormonas que tienen que ver con la borrachera que has pasado o el enamoramiento que has sufrido, aunque por tu propia cosecha, realmente.

Llegado el momento parece que ya nada tuviese ese impacto que antes tenía en la vida y uno maneja de otra manera todos los caudales de sensaciones, pensamientos, sentimientos y emociones que va viviendo y la vida se convierte en una película en la que uno pasa a ser más director que otra cosa, pero siendo espectador y a la vez actor. Quién sabe si por llegar a estas conclusiones me queda menos vida que a alguien que no llegue a estas conclusiones, pero aún así no puedo evitar pensar en estas cosas en este momento de mi vida.

Últimamente me he topado con la filosofía Advaita y estoy indagando de manera suave en ella. Hay varias cosas que me resuenan bastante sobre cómo se supone que es el mundo en realidad. A veces pienso que todo está escrito ya, que todo está vivido ya, que sólo estamos enfocando nuestra atención en un punto y desde un punto que es, a su vez, el enfoque de otro ser mayor o de otro punto que tiene mayor capacidad de atención que nosotros. Viendo además cómo parece que funciona el mundo se ve que es como una depredación de varias densidades y vibraciones y que, en ese juego de depredación, se determina todo, hasta nuestro comportamiento.

Aún así, espero poder aprender a coexistir con la depredación y aprender a mantener un equilibrio sano de fuerzas en todos los campos de la vida para estar lo mejor posible dentro de esta aventura y, a su vez, desarrollarme de la mejor manera posible si es que eso existe. Tal vez cada ser ya se desarrolla de la mejor manera posible porque, además, no hay otra en la que pueda desarrollarse. Es todo tan extraño y tan abstracto. Al final, pretender conocer el mundo es absurdo, el mundo o la vida, da igual. Es un camino absurdo, pero igualmente lo recorremos una y otra vez, unos más, otros menos, pero ahí vamos…

Ian

Aires nuevos

Hoy es un día de aires nuevos. Está a punto la luna nueva en Tauro y auguro cosas muy buenas. Nuevos aires frescos y sanadores. Este verano va a ser un buen verano, con novedades vitales y con retos, pero bueno y nutritivo vitalmente hablando. Transformador. Quizá aparezca el amor como una brisa fresca de verano y sentirme colmado como me siento ahora, pero con mariposas en el estómago. Y es que el sentimiento de completitud no se me va y me está frenando la vida aparentemente. Mientras estoy en el sopor de sentir que todo está bien, no cambio ciertas costumbres, hábitos y rutinas y parece que me cuesta cada vez más salir de ahí. Seguramente haré un movimiento estratégico llegado el momento y me sacudiré el polvo para adentrarme en una nueva vida.

La cosa es que la vida actual que tengo es completa en sí misma y creo que siempre ha sido completa. Quizá falte demostrarme a mí mismo que valgo para hacer ciertas cosas en ciertas circunstancias. Cosas que no he hecho y que no sé si haré, pero que, de alguna manera, tendré que hacer tarde o temprano si no quiero arrepentirme. Hay algunas cosas a las que llego muy tarde y otras para las que todavía es muy temprano, pero también hay otras que son tempranas y las estoy tomando y otras tardías que también estoy tomando. Es una mezcolanza, como un salmorejo bien rico.

Siento las palabras fluir hablando de naderías del día a día de alguien más entre muchos otros. Palabras que fluyen como un río que va a dar al mar, a la inmensidad. En ellas tú estás intrincada de alguna manera que todavía no soy capaz de discernir. Y formas parte del sentimiento que surge de cada pensar en lo que pudo ser y no fue, de los sentires de ser alguien que está perdido en la magnificencia y majestuosidad del universo…

Ian