Escribir a máquina en lugar de a mano…

Hay escritores que escriben a mano porque les resulta mucho más íntimo y directo ese tipo de escritura. Sin embargo, escribir a máquina tiene algo de directo que no tiene el escribir a mano. Obviamente escribiendo a mano escribes con tu letra, pero también es verdad que puede que otros no la entiendan. Puede que ni tú la entiendas. Sin embargo, escribiendo a máquina te aseguras de que se va a entender lo que escribes.

Luego está la velocidad de escritura. Se puede escribir notoriamente más rápido a máquina que a mano, con lo que se puede concluir un artículo o un libro más rápido. No sé si esto es bueno o malo, es sólo un hecho probable. Luego se puede estructurar más cómodamente lo escrito si lo escribes a máquina y, concretamente, en ordenador. Yo sólo le veo ventajas. Además, que escribir sin mirar digamos, porque te conoces las teclas, es una gozada, por lo menos para mí.

Total, que escribir es una gozada que recomiendo a todo el mundo, sea de la manera que sea, a poder ser de las dos básicas a mano y a máquina. En ambas se experimenta un gozo concreto que es muy interesante de experimentar. Además, cuántos más seamos escribiendo más quedarán plasmados para la posteridad pensamientos sentimientos, ideas y vericuetos mentales que de otra manera hubieran quedado en el olvido.

Espero que mucha gente se lance a escribir y a intentar escribir cosas de calidad, por lo menos, curiosas. Creo, de todas maneras, que escribir es una especie de detritus de la mente. Un alivianar el campo mental de porquería que tenía ahí y de la cual se desprende escribiendo entre otras cosas. Hablando también pasa, por eso debe ser que la mayoría de la gente quiere hablar y hablar, para liberarse de lo que tienen dentro.

Sea como fuere, escribir es algo bello y que tiene un poder hipnotizante, atrapante, deleitante, sugestivo y atractivo. A través de la escritura, además, se pueden lograr ciertas cosas como fama y notoriedad si se sabe hacer, claro y si se persigue eso. Con no entrar en las corrientes de pensamiento de la masa en los momentos críticos y algunas otras cosas más se puede evitar fácilmente la notoriedad y la fama. Así que bueno, escribid si queréis, probadlo y veréis qué bella cosa. Yo me despido del pequeño público que tengo y doy gracias a que lo tengo, aunque podría estar predicando en el desierto perfectamente.

Ian

Tempus Fugit

El tiempo se va, momento a momento, día a día. Aunque, visto desde otro punto de vista, el tiempo no existe. Sólo existe un eterno presente que no sería tiempo, sino un estado de consciencia que cada ser vivencia de una forma u otra. Por ejemplo, el presente de una mosca es mucho más lento que el presente de un ser humano. Digamos que es más amplio, pues capta muchos más fotogramas por segundo que un humano, por esto es capaz de anticiparse a un movimiento rápido mucho más rápido (valga la redundancia) que muchos otros animales de la creación.

El ejemplo de la mosca es muy interesante porque su presente es varias veces más grande que nuestro presente, pero podemos observar el presente de una tortuga y es mucho más rápido que el nuestro, puesto que viven cerca de 200 años, diríamos que es el doble de rápido que nuestro presente (al de los seres humanos me refiero). Qué podríamos lograr si pudiésemos estirar nuestros presentes o contraerlos… Con ciertas drogas se consiguen efectos de este tipo, lo que pasa que el efecto no sólo va ligado a la percepción del presente si no a la percepción de otros mundos y estados alterados de consciencia.

Pienso que personas como Bruce Lee fueron capaces de moldear hasta cierto punto su presente y lograr “tiempos” más rápidos o más lentos según sus necesidades para lograr proezas como las de jugar al ping-pong con nunchacos o matar moscas con ellos también. La capacidad de Bruce Lee es encomiable y parece de otro mundo, pero me hace recordar a las proezas de las que eran capaces los brujos toltekas del México antiguo de los que hablaba Carlos Castaneda en sus libros. De qué somos capaces los seres humanos sólo lo saben un grupo muy selecto de seres humanos y, además, estoy seguro, ellos saben muy poco en relación a lo que se podría llegar a saber.

Ian

Confianza en uno mismo

¿Cómo tener confianza en uno mismo? El asunto parece difícil a priori porque no sabemos quiénes somos realmente. Entonces, ¿Cómo se puede confiar en alguien a quien no se conoce? Ocurre luego que ponerse a la tarea de conocerse se antoja algo interminable, descomunal, quizá la tarea más ardua a llevar a cabo. Sin embargo, hay humanos que confían plenamente en sí mismos desde muy temprana edad y mantienen esa confianza. ¿Qué hacen esos humanos diferentes a los que no confían?

Hay varias cosas que hacen que son diferentes. Por ejemplo, hacen lo que dicen que van a hacer. No se quejan. Son fiables y fieles a sus valores. Son constantes, etc. Todas esto son cualidades que se pueden aprender y desarrollar y que nos llevarían a una confianza en nosotros mismos creciente y más sólida cada vez. También se puede mirar desde un punto de vista más espiritual si se quiere y darnos cuenta de que somos el universo expresándose a sí mismo de una forma única desde nuestro avatar o personaje. Esto hace que confiemos en nosotros mismos porque tenemos todos los recursos del universo a nuestro favor para lograr lo que nos propongamos y eso mismo nos ofrece la seguridad y el aplomo suficiente como para confiar en nosotros mismos.

A esta confianza en nosotros mismos se oponen los miedos, las inseguridades, las vergüenzas, las culpabilidades, las dudas, etc. Es normal sentir alguna o varias de estas sensaciones y tener los trenes de pensamiento que acompañan a dichas sensaciones, pero no podemos dejar que nos embarguen y puedan con nosotros. La manera de combatir estos miedos, pues al final son todo tipos de miedo, es ir a la raíz base de ese miedo y darle la luz suficiente, la consciencia suficiente como para que el miedo termine tornándose en amor. El miedo más grande que existe es el miedo a no ser, o el miedo a la muerte se podría decir también, pero a eso, a desaparecer, a dejar de existir. Sin embargo, eso es imposible si lo meditas un poco. Todo lo que existe continúa existiendo de una manera u otra, transformándose de un estado a otro, pero existiendo, a fin de cuentas.

Y lo que no existe no puede existir ni afectar a la existencia. Así que todo está ya en su sitio y con su misión y va rodando y rodando por la carretera de la existencia o, más bien, por el océano y uno navega por las corrientes oceánicas hacia los diferentes destinos que tenga que ir, sean los que sean, creados o no por uno mismo.

Ian