Gracias

Escuchar mientras se lee…

Quiero agradecer a cada ser que ha pasado por mi vida, porque he experimentado gracias a ellos miles de sensaciones y emociones que me han llevado a ser hoy como soy. No soy ni mejor ni peor que nadie, pero sí comienzo a amarme por lo que soy y no por lo que fui o debiera ser. Construir a partir de lo que se es, en lugar de destruirte criticándote y maldiciéndote una y otra vez. Cuando somos así, criticones de nosotros mismos, como remedio es bueno pensar qué pasaría si le dijésemos eso a otras personas, cómo reaccionarían y, primero de todo, si seríamos capaces de hacer tal cosa.

Si no somos capaces de hacer tal cosa con otras personas, cómo es posible que con nosotros sí seamos capaces. La primera persona a la que debemos amar por propia seguridad y por propia salud es a nosotros mismos. A partir de ahí ya podemos proyectar amor fidedigno hacia otras personas. Esto es bastante complicado, porque tenemos una tendencia que es prestada por un parásito que lleva con nosotros desde el comienzo de la humanidad y casi seguro que está de antes, a criticarnos y a odiarnos. Realmente no somos nosotros los que estamos pensando esas cosas tan feas de nosotros mismos, pero llega un punto en que sí somos nosotros quienes las piensan.

Total, que tengo gratitud por saber que estoy siendo depredado y que me puedo proteger y que una de las cosas que tengo que hacer para ello es no insultarme y despreciarme de la manera en que he estado haciéndolo durante mucho tiempo. Ahorrar energía y ser lo mejor posible como ser humano para repeler a estos seres que son tan bajunos energéticamente hablando.

Ian

Océano

Somos olas de un océano infinito. Surgimos un tiempo y luego nos desvanecemos. Pensamos que somos algo diferente al océano, pero realmente sólo somos una emergencia momentánea, un suspiro de ilusión de separación.

Quizá para amar, soñar y jugar. Quizá porque me sentía tan solo que decidí volverme loco, esquizofrénico y así poder vivenciar a otros seres a parte de mí…

Luna nueva en Leo

Hoy ha sido la luna nueva en Leo. Una luna que invita a nuevos comienzos, a generar inicios y así va a ser en estos días hasta la nueva luna nueva. Tiene que ver con la pasión y con los emprendimientos. Es curioso, porque hoy me he puesto a repasar la novela que tengo a medio terminar. O a medio empezar, mejor dicho.

Hoy le dedico este escrito a esta luna que es la misma de siempre y a la vez no. Hoy comienza algo muy grande en mí y es una nueva perspectiva sobre mí mismo. Yo estoy siendo otro yo poco a poco y me lo noto. Un yo mejor o, mejor dicho, más cercano al ser. Estoy rompiendo poco a poco con clichés que me tenían atrapado y estoy liberándome, pero con equilibrio, paso a paso. Eso está haciendo que sea mucho más profundo el cambio y a largo plazo, como tiene que ser.

Realmente todos estamos cambiando todo el rato, lo que pasa que no nos gusta cambiar en realidad y eso es porque la forma que tenemos nos aporta estabilidad, seguridad, tranquilidad, sensación de familiaridad y todo lo que sea variar esa forma, aunque estemos mal en esa forma, nos intranquiliza, nos produce estrés y ansiedad. Es algo muy curioso que la naturaleza de la naturaleza sea el cambio y que nosotros, los seres humanos, no queramos cambiar. Pero es que los animales tampoco quieren cambiar. Son totalmente rutinarios.

Al final todo está diseñado para que nos cueste cambiar y los cambios que se producen de manera natural nos incomoden. Es como que la vida quiere que aprendamos a amar el cambio. De echo las personas más “exitosas” en la vida son aquellas que mejor se adaptan y más capacidad de cambio tienen. Fluir con fluidez, adaptabilidad y elegancia; la mejor receta para estar bien y tener “éxito”, viendo el éxito como eso, estar bien, lograr superar las etapas que la vida nos va presentando con la mejor de las posturas posibles.

Ian