Cuánto quedará…

Para el final. Para el día en que ya no pueda contar más días. Para ese momento en que ya no hay más momentos. Cuánto quedará. Por un lado, quiero que quede mucho, pero por otro no quiero que sea tanto. Es algo controvertido. Querer que quede poco no está bien visto, pero es una opción más. A veces queremos que dure mucho y otras no tanto. Depende de cómo lo estemos pasando, sobre todo. Si lo estamos pasando mal es normal que queramos que se acorte y si lo estamos pasando bien todo lo contrario. Son cosas lógicas. Pero querer que se acorte cuando se lo está pasando bien uno es raro y viceversa, querer que sea largo cuando se lo está pasando mal uno.

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Ahora, lo más extraño es ser indiferente ante una u otra cosa. Que de igual si lo estás pasando mal o bien y lo larga o corta que pueda ser la vida. Que estés viviendo la vida de manera tan plena que eso no te haga perder la sensación de vivir, como aquella serie. Ser capaz de sacarle partido a cada momento de la vida, sea cómo sea, venga como venga. Está claro que luego depende de cada uno como nos hayamos labrado la vida para que sea de una manera o de otra. También está el factor “suerte”, pero no debemos dejar la vida en manos de este factor a no ser que lo estemos generando nosotros.

Pero bueno, quien soy yo para decir cómo tienen que ser las cosas. Las cosas son como son y como las vemos cada uno de nosotros, o sea, que son para cada uno distintas en realidad. En la misma situación puede estar pasando una u otra cosa dependiendo del observador de cada escena. Así que cuídate muy bien de cómo observas el mundo. Te lo digo sólo como recomendación, pero tú haz lo que quieras, como siempre haces y harás.

No podemos hacer otra cosa, además. Hacemos y no hacemos de forma totalmente única cada uno de nosotros porque cada uno de nosotros somos únicos, estamos localizados en un sitio único y exclusivo para nosotros y es lo que hay, no queda otra. El único caso en que esto no es así es en el de los gemelos univitelinos que nacieron unidos y viven unidos compartiendo el cuerpo. Vaya vida esa, ¡eh!

Ian

Concentración

Hoy he descubierto el modo “concentración” en el word. Le das y te pone la pantalla totalmente ampliada, sin ningún botón ni nada que pueda “distraerte”. Me he puesto a escribir estando en ese estado y este es el resultado. Es curioso, porque este “estado” del word me ha enseñado mucho sobre la esencia de la concentración. El asunto principal que hay que tener en cuenta es eliminar toda distracción y centrarse en el asunto en el que uno se quiere concentrar, sea cual sea.

Cuando estamos malos la enfermedad hace que nos concentremos en ella para poder solventarla lo más rápido posible. Cuando estamos enamorados no centramos sólo en la chica o el chico que nos gusta y, de alguna manera, así enviamos nuestra atención a esa persona. Y ahora resulta que hay una guerra por la atención en las redes sociales porque, cada red social quiere la atención de todos los seres humanos posibles. Esto hace que cada ser humano utilice los medios que pueda para llamar la atención y así, un conjunto cada vez más creciente de seres humanos están atrayendo a los demás a las RRSS.

Pero este no es el gran problema, aunque es uno de los más grandes. El gran problema es no verse atrapado por estos atractores de atención ya que “solventan” muchas de las carencias que tenemos como humanos y que, estas mismas RRSS están ampliando. Por lo que cada vez más recurriremos a ellas en busca de compensación a esas carencias y eso nos hará tener más carencia. Una cosa así como pasa con las drogas, lo que pasa que aquí es un enganche de casi toda la humanidad, como nunca antes había pasado.

¿Qué podemos hacer? La verdad es que poco se puede hacer. Yo creo que, primero, usar cada vez menos las RRSS y segundo, retirarse a vivir a un sitio cercano o en la naturaleza y comenzar a relacionarse de nuevo con la naturaleza. Lo que los demás hagan es algo que no podemos controlar. Ahora, si no puedes hacer esto pues no pasa nada tampoco. Total, estamos todos enganchados a muchas cosas y parece que tenemos que pasar por ello para aprender o algo, no sé.

Ian

Intento Inflexible

El intento es una fuerza que lo atraviesa todo o que forma todo, según los chamanes Toltecas. Dentro de su forma de disciplina, que dista bastante de la disciplina tal cual se considera en occidente, ellos desarrollaban lo que llamaban “intento inflexible”. Esto es una manera de operar en la realidad con total determinación. Determinación que nace de la continúa “invocación” y “evocación” hacia el “intento inflexible”. Se trata de refinarse con constancia en la idea de operar en el mundo con “intento inflexible” hasta que, en el vaso del intento que podemos “almacenar”, caiga la gota que lo colma y, entonces, sólo entonces, el guerrero comienza a actuar en el mundo con un “intento inflexible”.

Esto que he descrito arriba no sirve de nada ni es como en realidad sucede este fenómeno, pero es lo que nace de mí compartir ahora con respecto a este asunto. Se supone que el intento inflexible permite al guerrero obrar proezas de todo tipo. Desde cambios físicos espectaculares a proezas de agilidad y destreza o lograr la sanación supuestamente imposible, etc. ¿Por qué el intento inflexible logra cosas así? Digamos que, si se mira a la luz del cristianismo, el intento inflexible sería el equivalente a la fe inquebrantable. Una fe absoluta en que se va a conseguir lo que se quiere conseguir. Visto desde este punto de vista, se puede entender mejor que ocurran  este tipo de proezas por parte de los brujos Toltecas ya que, con la fe también se han conseguido cosas muy grandes que están documentadas incluso. Curaciones milagrosas, gente que sale de la ruina económica y comienza a tener una situación bastante próspera económicamente hablando, etc. etc. etc.

Al fin y al cabo yo pienso que el intento inflexible o la fe inquebrantable están actuando todo el rato en nosotros, lo que pasa que depende de dónde dirijamos la atención así van la fe y el intento. Si dirigimos esa atención a cosas destructivas, que nos debilitan y que nos hacen mal entonces obtenemos situaciones malas. En ese momento la gente no alucina pensando que están obrando un milagro, y así está siendo. Ocurre que como es un milagro negativo o maligno no lo consideran como tal y bien que hacen en realidad. Pero como símil sirve para entrar en conciencia de que, en realidad, estamos obrando milagros todo el rato.

La determinación y disciplina de los brujos Toltecas sirve para ordenar y orientar la atención hacia el camino del guerrero, hacia el desarrollo del hombre de conocimiento y, entonces, desarrollan llegado el momento la fe inquebrantable o el intento inflexible… En ese momento el guerrero tiene un cambio evolutivo exponencial que lo dispara en el camino del conocimiento y hace que pueda lograr la proeza de la libertad total.

Ian