Todo cambia, nada permanece.

Esta pequeña frase describe, de forma muy resumida, la manera en cómo está construido el mundo, la ilusión de Maya. Cualquier cosa que se presente ante nuestros sentidos está en constante cambio. Pareciera, por un momento, que la persona que tienes en frente es la misma de ayer, pero ni mucho menos. Ahora, cierto es que hay una “parte” de esa persona y de todas que sí que es la misma en todos. Esa “parte” es la nada. Que, como el axioma bien dice, permanece. La nada no se puede asir, describir ni contextualizar, pero se puede experimentar. Por ejemplo, cuando se duerme profundamente y sin soñar se está en la nada, como quien dice.

Si la nada es lo único que permanece, entonces, si algo somos nosotros, es esa nada. Y esa nada nos intercomunica a todos a la vez instantáneamente. La velocidad de la luz es una tortuga en comparación. A este tejido que todo lo impregna se le ha llamado Ether. Utilizando el Ether con sabiduría y ciencia se podrían extraer cantidades infinitas de energía del ambiente, con lo que tendríamos todos los aparatos eléctricos independientes de una red eléctrica controlada y libres de tomar energía en cualquier sitio. Imagina que tu móvil nunca se descargase. Que te pudieses llevar la televisión o el ordenador al monte y funcionase perfectamente, sin batería ni cable conectado a la red… Suena guay, ¿verdad? Pues algo así ya se ha hecho en este mundo. Investiga sobre la civilización Tartaria y, si profundizas, vas a flipar con muchas cosas que ahí se cuentan.

Yo creo, volviendo a la nada, que realmente de ahí es de donde nace toda la fuerza para crear la realidad, del vacío infinito nace el infinito “pleno”. “El Tao que puede ser expresado no es el verdadero Tao. El nombre que se le puede dar no es su verdadero nombre. Sin nombre es el principio del universo; y con nombre, es la madre de todas las cosas. Desde el no-ser comprendemos su esencia; y desde el ser, sólo vemos su apariencia.” Lao-Tse, Tao-Te-king.

Bueno, para finalizar esta pequeña disertación sólo diré que la Nada asusta mucho cuando te planteas profundamente su significado y “existencia”. Así que, querido lector, no te obsesiones como yo con esto, ¿vale?

¡Un abrazo!

Ian

Somos tan diferentes. Somos tan iguales

En el mundo hay muchísimos seres humanos. Cada uno de ellos está enmarcado en una región o psico región, en una cultura, en una religión, en unas costumbres culinarias, etc. etc. etc. Luego están las manipulaciones psicológicas a gran escala o psi-ops como pudiera ser en su momento el 11 S, que tuve múltiples usos como psi-ops. La más grande hasta el momento y se cree que así va a ser durante mucho tiempo es el timo del 2020 y la “Plandemia”. Pero así hay varias corrientes de pensamiento que están cambiando la manera en que nos comportamos unos con otros y la cosa es que, aunque se van retrasando, los planes de los que organizan este tipo de operaciones psicológicas de ingeniería social van calando.

Ojalá que no sea así, que se de cuenta cabal de esto la gran mayoría de personas. Ocurre que, por desgracia, la gran mayoría de personas o de “seres humanos” no son lo que parecen. No son tan seres humanos como pueda parecer. Son más una especie de portales orgánicos y así son llamados ya por la ciencia puntera. Entonces estos deciden lo que la corriente de pensamiento impuesta diga. No son libres en verdad y no lo van a ser por mucho que queramos que lo sean. No tienen el germen de la libertad ni lo tendrán. Por ellos es que locuras como la “Plandemia” de 2020 se pudieron llevar a cabo sin prácticamente oposición del más común de los sentidos. Sí que hubo oposición, pero poca y muy silenciada, claro. Bueno, más que silenciada, vilipendiada. “Negacionistas” nos llamaban. Una jugada burda e imbécil que caló en la sociedad y que envalentonó a muchos imbéciles de la sociedad que no dudaron en insultarnos y enviarnos al ostracismo social.

Y bueno, en el título digo que somos tan iguales, pero ahí miento un poco. No somos iguales ni mucho menos. Tenemos necesidades iguales, eso sí y a todos nos gusta vivir bien, pero la forma de conseguirlo hace que nos diferenciemos mucho los unos de los otros. Está la forma en que la gran mayoría hace las cosas y luego está la forma en que la minoría hace las cosas. Esa minoría tiene dos polos, como todo. Pero en sí buscan una manera propia y auténtica de vivir, sin seguir lo que hacen todos los demás o, por lo menos, no se guían por las mayorías sino por la excelencia y la efectividad. Es verdad que hay dos polos, porque están las minorías que se guían por la excelencia y la efectividad, pero en llevar a cabo planes maléficos o de control. Entonces ahí la cosa no pinta bien.

Viendo lo visto, cada vez soy más partidario del “yo aquí y tú allí” y Dios en la de todos, digamos. Decepción tras decepción va uno amargando la existencia y procurando endulzarla lo menos posible. También decepciones propias, eh, no sólo ajenas. Aquí nadie es perfecto ni mucho menos. Existen niveles y niveles de actuación y de egoísmo, eso sí, y por ello debemos tener claro quien es quien en el tablero de juego. Lo más claro que podamos.

Ian

Sobre la muerte y la vida

Como ejercicio pienso en mi muerte. Pienso que estoy vivo, pero que no sé cuánto va a durar este estado. La muerte me dará su toque llegado el momento y me iré de aquí. No me llevaré nada, ni siquiera el cuerpo. Y tampoco sé si me llevaré los recuerdos. Si me llevaré algo en absoluto o formaré parte de la nada abstracta y vacía. Yo creo que esto continúa de algún modo y existen miles de testimonios en todo el mundo que así lo atestiguan. Sin embargo, no lo podemos saber con seguridad hasta el día en sí.

Como sé que va a llegar ese día sí o sí no me preocupa cuándo será, me ocupa el saber que será y que ahora tengo que vivir de la mejor manera posible. Aunque bueno, quien puede decir cuál es la mejor manera de vivir. Quizá todas sean la mejor porque son la mejor manera que existe para la persona que la vive. Lo que le ocurre es lo que tenía que ocurrir para que tenga su vivencia única y singular. Aunque muchas vidas puedan parecer repetidas y vacías, está claro, pero siguen siendo únicas y realmente está en la mano de cada quien hacer que sean únicas.

Es importante también, por lo menos para mí, explorar diferentes avenidas de conocimiento empírico basado en experiencias sensoriales acrecentadas que nos permitan acceder al borde del mundo, digamos. Si tomamos la metáfora que don Juan le dice a Castaneda sobre lo que es el Nahual y el Tonal refiriéndose a una mesa que sería el Tonal, o lo conocido y que podemos conocer y el Nahual todo lo demás, todo el infinito que continúa después de la mesa, entonces podemos decir que la mayoría de la gente se queda en el centro de la mesa. Sin incursionar a los bordes de la mesa no se puede olfatear qué es el Nahual y, para incursionar en los bordes, hay que romper con las maneras clásicas de pensar y actuar.

Ocurre que esto nos puede llevar con mucha facilidad a la locura o a la muerte, así que hay que hacerlo con mucho cuidado, con impecabilidad y con total respeto y miedo. Como dice la cita de “Las enseñanzas de don Juan”: «Un hombre va al conocimiento como va a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir de cualquier otra forma al conocimiento o a la guerra es un error, y quien lo cometa puede correr el riesgo de no sobrevivir para lamentarlo.»

Hay que tener muy en cuenta que cualquier día puede ser el último y esto hace que se viva la vida de otra manera, más profunda si cabe, aunque puede ser también más oscura. Procurar ir por el lado luminoso de la vida observando también el oscuro, pero para no caer en él o no dejarnos arrastrar por él y el abismo que representa. La tarea es compleja y más con tantos y tantos “ejemplos” de dejarse llevar que hay hoy en día. También existen ejemplos contrarios, de virtud y equilibrio. Es cuestión de saber buscar esos ejemplos y seguirlos lo más posible.

Ian