El arte de comunicar

Toda la naturaleza está comunicándose constantemente a múltiples niveles. Las estrellas se comunican con todos nosotros y a eso lo llamamos astrología. Sería ver lo que está arriba cómo afecta a lo que está abajo y viceversa. Es una forma de comunicación “energética” se podría decir. Dicen que los bosques están comunicados entre sí con las raíces y también gracias a los micelios de los hongos. Se dice que un bosque es un ente vivo gigantesco. En los océanos las corrientes marinas comunican este con oeste, norte con sur y hacen que los animales marinos puedan viajar grandes distancias.

Mirándolo más desde el punto de vista humano, internet ha conectado o está conectando a todo el mundo humano. De ahí vamos a la relación que podemos tener con gente más cercana vía móvil y redes sociales. Luego está la relación interpersonal y la intrapersonal, que es una forma de comunicación también. Cómo nos comunicamos con nosotros mismos ¡Y ya te digo que nos comunicamos con nosotros mismos! Estamos todo el rato hablándonos. De la calidad de lo que nos digamos depende la gran mayoría de cosas que nos pasan en la vida por no decir todas, así que esta es una comunicación de lo más íntima y necesaria de cuidar.

Luego está la comunicación que tienen los órganos entre sí, que se compensan y se ayudan y que, de alguna manera, se comunican. Más luego diría que los tejidos dentro de los órganos y luego las células dentro de los tejidos. Las células están en continua comunicación con el exterior y con el mismo interior de ellas. Según las necesidades que tengan así activan unos receptores u otros para tipos de alimentos que necesiten. Es todo un mundo de comunicación el que existe fuera y dentro de nosotros a todos los niveles. Es increíble.

Se podría decir entonces que hay una forma sana de comunicarse y múltiples formas enfermas de comunicarse. La manera en que la comunicación es sana es cuando la cantidad de energía empleada en emitir el mensaje es equivalente a la cantidad de energía que se obtiene por ese mensaje. Eso sería lo equilibrado, pero luego está la vida real y siempre o damos más o exigimos más de los demás y también de nuestros órganos y células. Entonces exigir lo justo es un arte y dar lo justo también lo es.

Diría que en la comunicación lo suyo es estar a la escucha un 80% y emitir mensajes un 20% del tiempo. En esto me baso en el principio de Pareto, el economista y sociólogo italiano, que dice que aproximadamente el 80% de los efectos provienen del 20% de las causas. En este caso es el valor de lo que escuchamos hay que obtenerlo “gastando” el 20% de lo que hablamos, sobre todo preguntando.

Sin duda, comunicar es un arte y que tiene mucho que ver con la salud mental y diría que física también y emocional, porque saber comunicar límites al otro para que no invada nuestro espacio es crucial.

Ian

¿Por qué nos bloqueamos?

Hay veces que queremos salir de un círculo vicioso y no podemos. Otras que estamos en una forma de relación y no pasamos a la siguiente por miedos o inseguridades. La forma en que nos relacionamos con todo suele tener formas de bloqueo asociadas. El amor es una de las cosas que más hace que nos bloqueemos. Más que el amor, la falta de amor o el amor mal entendido. Sobre todo, por creer que actuar de tal o cual manera va a hacer que el otro no me ame o me ame.

Suponiendo que el otro piensa así o asao de nosotros cuando no tiene por qué. Obviamente, como somos seres de costumbres, si hacemos tal cosa y el otro reacciona mal, una y otra vez, entonces al final definimos una ley al respecto. Suponemos algo de manera categórica sobre esa persona y también provocamos, por el efecto Pigmalión, que se comporte de esa manera. Eso hace que nos vayamos atorando unos a otros en callejones aparentemente sin salida que impiden el natural desarrollo de nuestras capacidades y dones.

Al final la conclusión a la que llego es que hay que dejar atrás a los otros y trabajar en uno mismo para así poder tener, en un futuro (después del trabajo en uno mismo), una buena relación con el otro. Saber amarlo y poner los límites para que el otro, a su vez, nos ame bien o, por lo menos, nos respete. No podemos hacer que nadie nos ame, pero sí podemos delimitar conductas y amar nosotros lo más profundamente que podamos para que así, nuestro amor, sirva al otro y nos sirva a nosotros mismos.

Pero esto iba sobre los bloqueos, y no sobre el amor. Aunque sigo pensando que los bloqueos vienen por amor mal encauzado hacía uno mismo y hacia los demás. Si no nos amamos lo suficiente nos quedaremos anclados a diferentes bucles de pensamiento y sentimiento hasta que consigamos amar esas partes de nosotros que no aceptamos y rompamos así el bucle.

Ian

¿Hasta qué punto me controla un hongo?

Se supone que el hongo cándida está en todos los seres humanos. Pero en algunos está en mayor cantidad. En mi caso tengo que tener infección de cándida por los efectos que ella produce. Se supone que te hace tener mucha más avidez por el azúcar que de manera normal. Puede ser causa de urticarias y también de cansancio crónico. Para eliminarla hay que hacer que seguir un protocolo muy estricto de desintoxicación, digamos. Es como estar enganchado a algo. Hay que hacerle la guerra a la droga que te está matando.

Se supone que los hongos son los seres vivos que más controlan a otros seres vivos de todos los seres vivos que hay en el planeta. Así que sí, parece que estamos controlados por los hongos y que ellos son los que determinan el destino de la humanidad, parece. Prácticamente todos somos medio zombis de ideas y formas de actuar de las que, si tuviésemos conciencia plena de ellas, no seríamos capaces de mirarnos a la cara en el espejo. Puede que esto se deba, en gran parte a los hongos dichosos.

Si esto es así, como parece que es, entonces este artículo lo está escribiendo un hongo, en lugar de escribirlo yo, pero sería un poco contraproducente para los hongos escribir un artículo así. De todas maneras, creo que es porque les da igual totalmente lo que yo escriba aquí. Al final esto no lo va a leer prácticamente nadie, así que tampoco va a afectar a su estructura de poder y dominio sobre nosotros. Somos una especie dominada por hongos, como las hormigas. Vaya plan…

Ian