Atrapados en el tiempo

Así estamos todos nosotros de alguna u otra manera. Atrapados en bucles de maneras de ser y estar que nos llevan a ninguna parte y nos hacen repetir ciclos interminables. Hay algunos que son capaces de salir de ellos, pero son los menos dentro de la especie humana. Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza más de dos veces con la misma piedra. Y es que nos quedamos atrapados en ciclos de formas de vida que, aunque no nos vengan bien, los preferimos a lo nuevo.

Es un problema este muy grande. Las maneras de salir de estos bucles son poco difundidas y poco conocidas. No nos lo enseñan en la educación, ni en la “superior” siquiera. La pregunta entonces es ¿Cómo salir de estos bucles? Yo no lo sé, pero sé que saber que se está en estos bucles ya es un paso para liberarse de ellos hasta cierto punto. Observarse es muy importante. Observar los patrones que se repiten en uno es algo crucial para poder identificar estos bucles existenciales.

Le he preguntado a ChatGPT y ha dicho esto:

  1. Identificación del patrón: El primer paso es ser consciente del patrón repetitivo. Observa tus comportamientos, emociones y pensamientos, y detecta cuándo tiendes a repetir ciertas acciones o reacciones. Puedes llevar un diario para anotar los momentos en que sucede.
  2. Entender el origen: Muchas veces, estos patrones se originan en experiencias pasadas, creencias limitantes o traumas. Pregúntate: ¿de dónde viene este comportamiento? ¿Hay una experiencia temprana que lo desencadenó? La introspección o incluso el trabajo con un terapeuta puede ayudarte a profundizar en estas raíces.
  3. Cuestionar las creencias subyacentes: Los patrones suelen estar sustentados por creencias o ideas que tenemos sobre nosotros mismos o el mundo. Cuestiona esas creencias: ¿son realmente ciertas? ¿Te están ayudando o limitando? Este paso es crucial para romper el automatismo.
  4. Práctica de la atención plena (mindfulness): Ser consciente del momento presente te ayuda a notar cuándo estás a punto de repetir un patrón. Esta conciencia te permite detenerte, respirar y elegir una respuesta diferente en lugar de actuar de manera automática.
  5. Reemplazar el patrón por un nuevo hábito: Una vez identificado el comportamiento que deseas cambiar, define un nuevo patrón o hábito que sea más positivo. Practícalo de manera consciente cada vez que te enfrentes a la situación que detona el viejo comportamiento.
  6. Herramientas de reprogramación: Técnicas como la meditación, afirmaciones positivas, la Programación Neurolingüística (PNL) y la visualización pueden ayudarte a reprogramar tu mente para adoptar nuevas maneras de actuar.
  7. Buscar apoyo: Hablar de tus desafíos con amigos, familiares o un terapeuta puede darte nuevas perspectivas y apoyo en el proceso de cambio.
  8. Paciencia y autocompasión: Cambiar patrones profundamente arraigados toma tiempo. Sé amable contigo mismo durante el proceso y reconoce cada pequeño progreso.

Está claro que la conciencia sobre el tema es la base fundamental, como en todo. Parece que venimos aquí a ser cada vez más conscientes, aunque la mayoría de nosotros busquemos la inconsciencia de una u otra forma. Y es que es duro ser consciente. Pasarlo mal a nadie le gusta. Y tomar conciencia de que estamos haciéndonos daño de manera deliberada no es algo agradable para nadie. Sin embargo, es algo que, tarde o temprano, es necesario. Más temprano que tarde, si puede ser.

Espero que seas capaz de mirarte y ver tus bucles y ciclos repetitivos en los que estas atrapado/a y que te sirva para poderte liberar de ellos, por lo menos de los más grandes y problemáticos.

Ian

Desorden

Cuando todo está en desorden, sobre todo los pensamientos, no se está bien. Todo parece patas arriba y no cuadra nada. No se está acompasado. ¿Qué se puede hacer para acompasarse? Una cosa que se puede hacer es dormir. Dormir viene bien para acompasarse. También se puede meditar. Hacer una meditación activa o una pasiva, como formas básicas de funcionar en la meditación.

Escribir también es una posibilidad buena, porque hay que ordenar ideas y conceptos y explicar bien los diferentes asuntos que sean tratados. Entonces sirve para ordenar, organizar, fluidificar y armonizar. Obviamente, organizar la casa. Las cosas de casa. Organizar la mesa en la que uno trabaja, por ejemplo. Tirar cosas que no sirven también es una buena practica que organiza lo desorganizado.

Al final es obvio, poner orden donde hay desorden acaba con el desorden, es natural y obvio, pero a veces nos empeñamos en funcionar de otras maneras que no son las obvias y así nos va. Aunque hay veces que esas maneras de funcionar nos hacen ver otras partes de la vida que no habíamos visto antes, que pueden ser más feas o menos agradables, pero que son parte de la vida también. Negar esas partes no es sabio por parte del que las niegue. Están ahí por algo.

La sombra le dicen. Es la sombra la que nos desorganiza. Por eso hay tanto TOC en el mundo. Obsesión por evitar la sombra a toda costa. Y eso nos va destruyendo, haciéndonos cada vez más sintéticos, más olvidados de la naturaleza de la que venimos y a la que vamos y, en última instancia, que somos. Total, que el orden y el desorden son parte de la vida y tienen su función. Si desorden no habría nuevos órdenes y sin nuevos órdenes no habría avance. Aún así, a veces pienso si será tan bueno eso de avanzar por avanzar, evolucionar y “ser mejor” es, de alguna manera, ser cada vez menos nosotros mismos. Se corre el riesgo de olvidar la esencia. Hay quien dice por ahí que es una carrera de la rata que no lleva a ningún sitio eso de la evolución y que ya somos todo lo que nos hace falta para ser. Y bueno, para mí tiene bastante lógica esta forma de pensamiento.

Ian

Las dimensiones de las cosas cotidianas

Ver al frutero y comprarle algo de verduras o fruta es algo de lo más cotidiano, por ejemplo, pero, si fuésemos capaces de ver todo por lo que ha pasado y está pasando el frutero y también quien le compra, veríamos como dos universos en colisión. Dos universos de múltiples experiencias, de sentimientos de todo tipo y pensamientos enhebrados en el telar de la mente y que hacen que el frutero actúe como actúa y que el comprador actúe, a su vez, de la manera en que actúa.

Caminar por el paseo habitual hasta el bar o la panadería sería una verdadera epopeya si fuésemos capaces de ver todas las personas que han pasado por ahí los últimos 100.000 años. Nos desbordaría tanta información y (se supone) esos caminos de alguna u otra manera han registrado el paso de esas personas y sus cosas. Cuántos amores se han gestado por esos lares. Cuántas peleas ha habido. Cuantas personas paseando plácidamente o llevando a su perro. Nunca lo sabremos o sí, quién sabe lo que nos depara el mundo y la conciencia.

Al final las situaciones cotidianas envuelven muchísima información y hay seres que son más capaces de leerla que otros. Estos tienen ventaja sobre los últimos, porque pueden ver un registro más amplio de lo que pasa y son capaces de extraer más información que el resto de la gente. Por ejemplo, un espía está entrenado para poder ver muchísimo más de lo que aparenta pasar en una escena cotidiana. Es capaz de leer mucha más información y, por lo tanto, tiene ventaja sobre los demás en cuanto a capacidad de reacción ante algún peligro o si quiere adelantarse a alguna situación y tomar ventaja, etc.

Ian