Extrañeza

A veces siento extrañeza, como que la vida es rara, diferente, no tiene por dónde cogerla. Los días pasan grises y sé que de alguna manera es responsabilidad mía. Pero también eso de la responsabilidad de uno llega hasta unos puntos. Todo no puede ser responsabilidad de uno porque llegamos aquí y está el mundo entero montado. Eso no es responsabilidad de uno. No somos responsables de las guerras que hay, ni del hambre, ni de la riqueza, ni de nada cuando llegamos aquí. Entonces la responsabilidad es relativa a ciertas cosas y, aún así, viéndolo desde el punto de vista de la filosofía Advaita realmente nada es responsabilidad nuestra y, a la vez, todo lo es, se podría decir.

Total, que los días extraños son así por algo, también tienen que tener su manera de ser correspondiente. También se aprende algo de ellos. Se aprende a resignarse, por ejemplo y a aceptar lo diferente y lo “raro” como parte de lo normal y común. Las personas, como los eventos y las cosas, realmente, no son ni normales ni extrañas ni ningún adjetivo. Son, como todo, maravillas de este sueño tan extraño en el que estamos viviendo. No sabemos a donde nos lleva, pero nos lleva a algún lado. Y sirve para jugar, para divertirnos a modo de dioses. Eso pienso, que es una distracción que tiene de todo para que no nos aburramos y para que nos aburramos también.

Todo, al final, tiene sentido. El sentido del sinsentido o del sentido más raro del universo que es aquel que no se puede ver ni tocar ni comprender. Es como el Nahual de los chamanes toltecas. No se puede percibir, pero actúa en el mundo y modifica los eventos y nos afecta de múltiples maneras que no podemos identificar. Desde el canto de los pájaros al agua que bebemos todos los días. Todo nos está influenciando, todo.

Ian

Plutón entra en Acuario

Hoy tengo que hacer mención de este evento astrológico por ser histórico y, además, un cambio de paradigma en muchos sentidos. Plutón es un planeta lento y transformador y Acuario es un signo de aire y que tiene que ver con la innovación, la tecnología, progresismo y una época de mentalidad abierta. Vamos a ver muchos cambios sociales y económicos y en todas las áreas de la vida. Durante más de 20 años Plutón va a estar revolucionando a Acuario que ya es revolucionario de por sí.

Veremos cómo la Inteligencia Artificial irrumpe en todas las áreas de la vida digital y será un distintivo social, como las marcas, el que uno tenga tal o cual IA. También, como no, en los robots, que comenzarán como los antiguos móviles. Serán de unos pocos afortunados y luego todo el mundo tendrá su robot. Para muchas cosas vendrán muy bien y bueno, habrá de todo un poco como siempre nos depara la vida.

¿Qué planes tendrá la vida para nosotros? Nunca lo sabremos hasta que los veamos desplegarse. Pero sí podemos elegir cómo reaccionamos ante ellos. Cada cual elegirá según vea o según reaccione, bajo su voluntad o bajo la voluntad de otro, que puede ser una moda, una red social o un influencer de turno. También está la corriente metafísica que dice que nosotros creamos nuestra realidad y estoy de acuerdo hasta cierto punto en eso. Bueno, realmente creamos todo en torno al avatar que somos que tiene unas características básicas inamovibles, por lo tanto, no podemos crear más allá de ciertas limitaciones.

Si lo miramos como un río, tenemos un cauce en el que podemos movernos y también una velocidad de avance que puede ser mayor o menor, según nos desplacemos en él, pero no podemos aumentar a voluntad el cauce. Aquel que tiene pocas luces, pocas luces tiene. Ahora, puede utilizar sus luces de manera magistral en comparación con alguien que tenga muchas luces. Así que realmente tenemos un amplio abanico que podemos usar. Cada circunstancia está por que debía ser así. Es jodido cuando se piensa en un niño con cáncer, por ejemplo.

Total, que iremos viendo paso a paso qué recodos del camino van apareciendo y qué bifurcaciones tomaremos. A veces pienso que avanzar por avanzar no es el camino y otra me parece que sí, no sé. Bueno, sea como fuere, iremos viendo…

Ian

Desazón

Siento que esta época en la que vivimos es la época de la desazón. Estoy desazonado y noto al mundo desazonado. Inquietos, extraños, raros, violentos sin motivo. Nadie está a gusto, o eso parece. Sí hay ciertas personas que están más felices o son más dichosas aparentemente, pero se les pega la desazón colectiva de alguna manera.

Estamos en la época del querer más, del sentirse más y del ir a más. No vale ser cómo eres, tienes que ser más, ser mejor. Eso crea desazón, normal. Es algo así como una alergia. No te mata, pero molesta mucho. Está todo el rato ahí, y se va de vez en cuando. Es como la alergia del alma, se podría decir. Y es que ahora todo nos produce alergia. Nos hemos vuelto muy finos y muy especiales. Aspiramos a la perfección a costa del momento presente y de la paz. Eso no vale, no me vale.

Yo considero que la paz es más importante que esa nueva carrera de la rata, pero también depende de cada uno y sus consideraciones, claro. Está claro que ciertos estados o formas de actuar restan paz a la vida y si no se hace nada por cambiarlos entonces estamos siempre en disarmonía. Ya cada cual que pondere qué hacer en cada caso y cómo se quiere desarrollar como ser. Porque una cosa es cierta: estamos en continúo cambio y movimiento hacia algo desde algo, así que mejor ir a mejor que a peor, claro. Y dicen por ahí que si no vas a mejor entonces es que estás yendo a peor.

De todas todas algo tenemos que hacer con la vida que nos ha tocado vivir. Mejor vivirla lo más plenamente posible y con el sentido más profundo que le podamos dar y, eso es, además, una elección propia. Se puede uno inspirar en otros, pero elegir lo suyo es elegir por uno mismo, con criterio propio. O, por lo menos, el criterio más propio posible, porque siempre estamos influenciados por los demás hasta cierto punto. Incluso un ermitaño que viva en la montaña vive ahí porque no quiero trato con los demás, así que los demás están afectando y mucho a su forma de vida.

Ian