
Es algo que me pregunto muchas veces ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Lo podría hacer mejor? Las respuestas a estas preguntas siempre suelen ser no y sí respectivamente, pero eso nace de la sensación de invalidez que tenemos sobre nosotros mismos. Creemos que el mundo es imperfecto porque está en continuo cambio y lo que cambia continuamente es inacabado, inconcluso. Y realmente es así, este mundo no es perfecto o no lo parece. Pero, cómo podemos juzgar si es o no perfecto, si somos o no perfectos nosotros. Cada cosa que ocurre, por muy oscura o demoníaca que pueda parecer, ocurre por algo. O eso parece.

Todo parece, nada es definitivo. Cómo usar nuestra energía y en base a qué principios, determina toda la vida. Cómo será nuestra vida depende de cómo usemos nuestra energía. Si la despilfarramos o no, si la concentramos o la dispersamos. Ahora mismo, con la atención, por ejemplo, hay una crisis muy grande. Una crisis buscada porque así nos seducen con más facilidad. Porque así somos ovejitas que vamos de un lado para otro, donde indica el perro de turno. Así que es muy necesario concentrarnos, hoy más que nunca. Tener nuestro tiempo bien pautado y ser dueños de él todo lo posible. Pasar de ver series a protagonizar nuestra propia serie.

Circunstancias que nos llevan de un lado para el otro. Podemos contrarrestarlas con creciente disciplina y, sobre todo, asimilando la importancia de tal tarea. Significa vivir una vida de otro o vivir la propia vida. Cada uno tiene aquí sus hándicaps y estamos a la deriva en un mundo extraño, en una vida rara, rodeados de seres que se mostrarán según seamos nosotros con ellos pero, también, según sean ellos con ellos mismos y con nosotros. Un toma y daca, una batalla sin cuartel en donde la pugna por el dominio de la atención y de la energía es lo más encarnizado que existe como guerra. Es un universo claramente depredador y depreda varias cosas, todas muy valiosas. Una de ellas es el tiempo. Cuánto tiempo nos han quitado… Cuánto…

Ian







