¿Cómo obtener la paz?

Es algo que me pregunto a veces. Utilizando sustancias no es el camino, eso no lleva a buen puerto. Sobrepensando tampoco, porque lo que se logra es justo el efecto contrario; tener más ansiedad o nerviosismo. Meditando se puede lograr cierta paz, pero realmente es una especie de “sustancia” que se aplica para calmarse. Creo, sinceramente, que una de las cosas que más paz da es aceptarse tal cual uno es ahora mismo. Hacer un ejercicio profundo de aceptación primordial de lo que se es.

Si aceptas lo que eres tal cual es, si lo logras, has logrado un gran hito en tu vida. Aceptar lo que eres no significa no cambiar, significa digerir lo que se es para poder expulsar de nosotros lo que no es y entonces poder ser más auténticos, más cercanos a lo que somos de manera pura, de manera auténtica. Una vez que aceptas que eres fumador por mucho que no quieras serlo, es entonces cuando, de alguna manera mágica, puedes dejarlo. Así con todo. Pongo el ejemplo del fumador porque yo lo he sido y comprendo hasta qué punto es difícil dejar de fumar. Yo no me aceptaba como fumador y pensaba que no iba a poder salir nunca del bucle enfermizo de fumar y fumar. Pero un buen día, después de haberlo pensado mucho lo acepté y me di cuenta de que el dolor de no fumar sería menor que el dolor de fumar.

En ese momento cambié un dolor por otro y dejé de fumar y hoy en día ya no queda dolor del original o casi nada. La libertad que siento es genial y también la paz que siento. Algo así pasa con el bloque entero de sentimientos y pensamientos. Hay que cambiar el dolor de no tener paz por el dolor de tener paz, porque el dolor de tener paz es más un recuerdo. Un recuerdo de lo que fuiste sin tener paz. Al final ese recuerdo termina yéndose y queda sólo la paz. En ese camino estoy y sé que lo conseguiré al igual que lo conseguí con el tabaco, porque es básicamente lo mismo, sólo que a mayor escala.

Ian

¿Qué hacemos con nuestra vida?

 Vivimos la vida sin saber qué hacer con ella en general y yo me incluyo. No tenemos rumbo o tomamos un rumbo que otros nos dan, pero un rumbo propio es muy extraño de encontrar. La mayoría vamos sin ton ni son por la vida y puede que eso esté bien. Pero estoy investigando otra forma de vivir que es muy retadora, pero interesante a la vez. Vivir con propósito. Habiendo encontrado primero de todo el propósito de la vida propia, claro.

¿Cómo se encuentra ese propósito? Hay mucha información al respecto, pero yo creo que llega cuando te has hartado de estar harto de no tenerlo. Y porque has querido tenerlo. Porque hay mucha gente que no quiere tenerlo y está bien así. Cada manera de vivir es una manera de vivir. Obviamente, vivir como un yonqui trae problemas de yonqui y vivir como un rico trae problemas de rico. Se trata en gran medida de en qué nos enfocamos. Pero claro, para enfocarte en una cosa tienes que retirar tu atención de todas las otras posibilidades y centrarte en esa y, para ello, hay que quererlo con mucha fuerza.

¿Cómo se puede querer con mucha fuerza algo concreto? Creo que, primero de todo, hay que dejar de querer lo que queremos ya y lo que nos atrapa ahora a la manera en que vivimos. Luego ir trasladando, paso a paso, hacia la nueva forma de ser, las energías, la pasión, la entrega, la atención que teníamos puesta en la antigua forma de ser. Es un trabajo paulatino. Pero se puede hacer.

Ian

Qué maravilla la vida

Hace poco, dos días o así, hice un post sobre “Mi Yo Ideal”. Pues ya estoy comenzando a ver cosas que se están cumpliendo de las cosas que escribí. Son pocas cosas, suaves, como yo pedí, pero están pasando. No voy a decir cuáles son, quedan para mí, pero es curioso cómo el subconsciente o inconsciente, mejor dicho, va reorganizando todo a favor de lo que has dado por sentado.

Con fe y gran determinación, con fe inquebrantable, todo ocurre. Imagino la fe que tendrían que tener los constructores de las pirámides (de todas) y me quedo absorto. Además, que las construyeron en la misma época aproximadamente. Así con tantas cosas. La gran muralla China, por ejemplo. Una fe inquebrantable debían tener, está claro. Y no sólo para construir, para escribir también. Escribir un libro como el Quijote, por ejemplo, con unas 23.000 palabras de media cuando el vocabulario activo de un hablante medio es de unas 5.000 a 10.000 palabras, tiene que ser toda una odisea.

También esta maravilla es oscura, tiene mucha oscuridad, mucho dolor, mucha tristeza. Pero no me quiero centrar en esa parte, ya demasiado nos centramos en ella por el sesgo cognitivo de negatividad que tenemos por nuestro instinto de supervivencia. Además, si somos sinceros con nosotros mismos, la mayoría del tiempo, salvo contadas ocasiones y casos concretos, la vida es buena con nosotros. Estamos en paz (aunque nosotros estemos con estrés o con miedos) en realidad, nada está pasando malo o negativo.

Poder ver con mayor ecuanimidad lo que realmente está aconteciendo es difícil porque nuestros deseos, los deseos implantados, y los debería hacer y los “no hice”, etc. nos quitan la paz y la tranquilidad. Nos quitan la capacidad de disfrutar del momento en el que estamos y de proyectar buenos futuros y de recordar lo bueno del pasado. Parece que no, pero hay mucho de bueno en todo si se sabe ver. Es lo que le escuché a Sergio Fernández. Él decía algo así como; “conviértete en un paranoide inverso”. Es decir, ver lo bueno en todo, en lugar de ver lo malo en todo. Para eso hay que forzar a la mente y al subconsciente a ver siempre lo bueno, agradeciendo por todo. Obviamente no hay que obviar lo malo, no se trata de eso. Lo malo nos enseña por dónde no ir, digamos y nos ofrece mucho conocimiento y sabiduría si sabemos aprovechar esas situaciones y no nos revolcamos en ellas. Yo me he revolcado en situaciones dolorosas y sé lo que es. No es conveniente ni mucho menos.

Total, que espero que seas capaz de ver lo maravilloso de la vida a cada momento. Ser capaz de agradecer cada instante de tu vida, eso te dará más de lo bueno que estás viendo y reducirá “lo malo”, aunque muchas veces lo malo o lo bueno es sólo un punto de vista. Aquello que ahora nos parece malo puede devenir en algo bueno y viceversa. Todo está intrincado y relacionado y todo tiene un plan tejido por Dios al final. Si no crees que exista Dios es otro cantar, pero ¿de verdad piensas que tu ADN se organizó con ese nivel de complejidad al azar? Y así con todo. Está claro que para mí que hay una inteligencia muy superior a nosotros que está orquestando todo entre bambalinas y, también para mí, existen inteligencias menores que van organizando todo también entre bambalinas.

Los seres humanos nos creemos el último eslabón de la cadena de la evolución, pero nos queda muy lejos ese título, creo yo. Aun así que cada quién piense lo que quiera, claro, bastaría más. Se puede pensar que el ser humano es el ser más inteligente de la creación y quedarse tan pancho. Se pueden pensar muchas cosas. Pero bueno, el pensamiento correcto es, al final, el que produce resultados correctos, en el área que sea de la vida…

Ian