La importancia que nos damos. La importancia que tenemos.

Una cosa es la importancia que nos damos y otra muy distinta es la importancia que tenemos. La primera puede ser gigante y suele ser gigante en todos nosotros, prácticamente. Estamos centrados en nosotros mismos de una manera muy grande y nos creemos el centro de atención de todos. La segunda es muy pequeña, tan pequeña que asusta y acercarse a esta situación o verdad es algo que rompe muchos esquemas.

Nos hemos creado una imagen de nosotros mismos tan magnífica y grandilocuente que nos hemos perdido en esa imagen y ya no podemos, en términos generales, ser nosotros mismos. Es verdad que hay gente que se da cuenta más o menos a tiempo de este echo problemático y castrador y ponen remedio lo antes posible y con gran determinación. Ocurre que te puede pasar como a mí, que crees que te has dado cuenta, pero en realidad no te has dado cuenta. Y te pasas unos años pensando que estás haciendo las cosas bien y las estás haciendo regular tirando a mal. Pero bueno, también te puede pasar como a mí y darte cuenta de esta situación y comenzar a rehacer tu vida como el que sale de una adicción.

Ocurre entonces que las inercias de la vida anterior vuelven una y otra vez y es muy complicado zafarse de estas inercias y tender a la impecabilidad necesaria para poder liberarse de la esclavitud de pensar que eres importantísimo. Alguien podría preguntarse, ¿Por qué es necesario dejar de creerse importantísimo? Y esta pregunta es una gran pregunta que lleva, a mi parecer, a la respuesta de; no es necesario para nada en absoluto. Simplemente te puede ser útil para cambiar el enfoque desde el cual vives la vida y poder vivir, de esta manera, más “dueño” de ti mismo.

Pero realmente, al final, te van a pasar las mismas cosas con un enfoque u otro. No cambiaría la vida para nada aparentemente. Sólo cambiaría el enfoque y creo que esto es lo único que realmente podemos cambiar, el enfoque. De chicos hacen que nos enfoquemos en lo que piensan los demás, en que actuemos de acuerdo a lo que está establecido y que seamos “buenos”, que quiere decir que hagamos lo que se nos dice. Cambiar el enfoque no cambia lo que aprendimos en esa época, pero sí cambia lo que sentimos al respecto, por ejemplo. Y esto puede llegar a ser muy liberador y relajarnos mucho en la vida. Que se pasen los ataques de pánico y se vean las situaciones de la vida de una manera mucho más liviana.

Ian.

San Valentín

Hoy es un día que nos mueve mucho a todos de una manera u otra. Por odiarlo o por amarlo, por esperanza o por desesperanza, pero nos mueve. Particularmente me parece un día como otro cualquiera. Algo así como el Black friday del amor. Un día para vender mucho. Mientras vivamos en el mundo de la oferta y la demanda deberá haber días para vender mucho.

Sin embargo, podríamos vivir en un mundo en que las necesidades básicas y no tan básicas, como el acceso a internet y al conocimiento, sean gratis para todo el mundo y que la motivación no sea la de vender al uso como hasta ahora se hace. Me refiero a un mundo como el que plante Jack Fresco en Paraíso o Perdición. Un mundo con economía de recursos, mucho más avanzado en la escala evolutiva que el que tenemos ahora.

Con la IA parece que nos vamos a acercar a algo parecido. La IA y los robots terminarán haciendo muchísimos trabajos que ahora hacen los seres humanos. Y tendrá que haber una transición, que pinta dura, hacia un mundo más liviano y en el que tendremos que lidiar con otro tipo de fuerzas y “problemas”. Habremos superado ya la fase de la escasez creada, como lo estamos viviendo ahora, y entonces habrá que darle sentido a la vida a otros niveles.

La dimensión espiritual entrará en juego a todo trapo y veremos muchas crisis existenciales (ya se están viendo). El mundo entero estará pasando por una crisis existencial. Así que hay que hacer de tripas corazón y ser todo lo fuertes que se pueda porque vienen curvas. Esperemos que surjan también los remedios necesarios para tantos males aparentes que van a venir y que ya están aquí…

Ian.

Encender una vela cada día a la misma hora toda la vida

Esta tarea (tan simple aparentemente) es una de las tareas más difíciles de hacer que existen. Se pueden dar tantas casuísticas diferentes que eviten que enciendas esa vela a esa hora un día cualquiera, que las posibilidades son gigantescas de que no puedas encenderla. Esta frase hace referencia entonces a la gran dificultad que se da en mantener una disciplina de continuidad de algún tipo de actividad concreta. Y es que parece mentira, pero hay que intentar probarlo para ver la de cosas que pueden salir “mal” y evitar que cumplas la tarea.

Aún así, es un ejercicio muy edificante llevar a cabo tal proeza mientras lo permita la vida. Y si se falla, volver a ello otra vez, una y otra vez. Es algo que nos hace cada vez más fuertes, más resistentes. Más resilientes, que ahora está muy de moda este vocablo. De hecho, al final, lo suyo es ir construyendo una vida de disciplina férrea, cada vez más férrea. Pero no una disciplina al uso, tal cual está estipulada. Yo me refiero más a una disciplina de gestión de la energía que permita que la energía sea cada vez mejor usada en menesteres que cada vez nos empoderen más.

Se trata de ser un sibarita del uso de la energía. Disciplinado en el uso correcto de la energía. Es algo que tengo que aprender y estoy en ello, pero he de decir que he desperdiciado muchos años de mi vida en tonterías muy grandes que, en ese momento, no lo parecían. La verdad es que la percepción de lo que son tonterías varía mucho de unas personas a otras y dependiendo de unas edades u otras. Obviamente también la posición social y la cultura que se tenga hacen mucho la diferencia. Es muy importante también si se es mujer u hombre porque las variaciones de intereses son también muy grandes dependiendo de las edades y de muchas variables que se dan en este caso.

Para gestionar bien la energía y poder llegar a un estado de conciencia suficientemente óptimo y liberador al final hay que filtrar muchos parámetros y gestionar muchas emociones y enfrentarse a muchas creencias limitantes y culturales que nos atrapan desde que somos bebés hasta hoy en día. Es una situación bastante jodida. Escapar en la medida de lo posible de lo que nos atrapa, al final, requiere de esa gestión de la energía y, para poderla gestionar correctamente, es necesario poder encender una vela todos los días a la misma hora toda la vida…

Ian.