Cada vez queda menos…

Photo by Jordan Benton on Pexels.com

Esta verdad derrumba la locura, por lo menos durante unos momentos. La locura del consumismo, del sobre pensar, del dar valor a lo que no tiene valor y quitárselo a lo que sí tiene. Cada vez queda menos… Y entonces no puedes hacer otra cosa que pararte un instante y sentir lo que te rodea. Respirar hondo y pensar en lo que hemos hecho hasta hoy y lo que nos pueda quedar… Pero el tiempo, o la sensación de que hay un tiempo, pasa y pasa cada vez más rápido. Lo que nos queda es lo más radical, nuestra familia, los amigos, el amor de pareja si lo tenemos. Lo que nos queda es lo más valioso.

No hay aplicación de móvil que pueda suplir eso. Somos entonces libres por un momento, recordamos, saboreamos la libertad… Pero sólo para darnos cuenta de que estamos atrapados por muchas cosas diferentes y, a la vez, sólo por una: nosotros mismos y nuestra determinación de seguir igual. Enfrentarse a esa determinación de años es lo que nos hará libres de verdad. Vivir en ese momento en el que no hay locura, en el que sientes lo que te rodea y eres eso mismo. Pero, ¿Cómo enfrentarse a esa determinación que tanto “gustito” nos da?

La cosa tiene que ser como cuando aprendimos cualquier cosa, por ejemplo, a escribir o a leer o a montar en bicicleta. Cualquier cosa sirve porque es un aprendizaje. Tuvimos que forzarnos a escribir una y otra vez, a leer una y otra vez, a montar en bici una y otra vez. Y si querías aprender a hacer trucos con la bicicleta, tenías que intentarlos una y otra vez, una y otra vez. Pues así hay que intentarlo con el bloqueo que nos produce la determinación de seguir igual, de enfrentarnos a nuestra zona de confort y salir de ella llegado el momento. Tenemos que tomar la determinación de cambiar, de ser distintos.

Esto nos ocurrirá a muchos niveles y en diferentes momentos del tiempo si nos mantenemos avanzando hacia algo. Pero ahí vienen las “objeciones” o “virus mentales” que, en forma de preguntas, nos asaltan: ¿Y por qué hay que avanzar? ¿Para qué es necesario avanzar? ¿Por qué hay que aprender más y más cada vez? Y estas preguntas tienen su legitimidad, pero hay que tener mucho cuidado con ellas. Hay quien diría que si no se avanza entonces se está muriendo; estoy de acuerdo con este enunciado hasta cierto punto. Es lo que tiene la vida, que no es blanca y negra, sino blanca, negra y con muchos tonos de grises y de colores…

 Ian.

Pd.: Si quieres saber cómo logré sortear la locura y encontrar caminos para seguir avanzando, pincha aquí…

Domingo de domingo…

Hoy es domingo. Es ponerle nombre a un tramo de tiempo inventado, pero bueno. Hoy está siendo un domingo típico de lluvia y recogimiento en el hogar. Cada cual lo toma a su manera, unos viendo la televisión, otros jugando a la consola, otros durmiendo, etc. A mí me da por dormir, leer y escribir. Y justo sobre el leer quiero comentar. Estoy leyendo un libro que se llama “Dejar Ir: El camino de la liberación” del Dr. David R. Hawkins.

Este libro habla de cómo los sentimientos y emociones que tenemos se enquistan en el cuerpo y nos hacen tener cada vez más pensamientos y problemas de muchas clases, como problemas para dormir, malas digestiones, etc. etc. Para solucionar estos problemas tan acuciantes y grabes en el ser humano el Dr. David propone seguir su técnica del Dejar Ir, que se basa en identificar cual es el sentimiento que está generándonos la angustia o el desasosiego y, una vez identificado, lo sintamos en toda su magnitud hasta que se “diluya” y termine por desaparecer. Cuando esto pase, entonces desaparecerán también los pensamientos obsesivos y rumiantes que acompañan a este sentimiento y, además, se podrán identificar nuevos sentimientos que estaban más ocultos.

El tema parece sencillo de hacer, pero no es tan sencillo. Además, lo suyo es leer el libro para comprender de primera mano el método del Dr. y poder llevarlo a efecto. Yo estoy empezando el libro y todavía no he practicado el Dejar Ir porque quiero afianzar bien lo que se dice en el libro, leerlo entero y entonces ponerme con ello. Te recomiendo, aún así, hacerte con un ejemplar aquí y se te interesa otro tipo de lectura de más variado calado puedes pinchar aquí

¡Gracias por leer mis tonterías!

Ian.

Cómo manifestamos

¿Has pensado alguna vez cómo haces para que las cosas aparezcan en tu vida? Quizá no lo has pensado ni creas que tú haces que las cosas aparezcan en tu vida. Bueno, tú yo total es el causante, no tú parcial consciente. El parcial consciente no puede arrastrar al inconsciente y moverlo de manera que se manifieste algo que se quiera. No lo puede hacer así por las buenas. Debe reunir ciertas características.

  1. Fe y decisión inquebrantable: Una fe y una decisión inquebrantable en que se va a lograr lo que se está queriendo manifestar. Por ejemplo (y es un ejemplo tonto, pero muy poderoso; presta atención) si quieres un vaso de agua entonces vas a la cocina, coges un vaso y lo llenas de agua y, obviamente, te lo bebes. Esto es manifestar un vaso de agua en tu vida. Tú tienes total certeza de que vas a poder tomarte un vaso de agua. Tanta certeza que no le das importancia, lo das por hecho. Así debe ser con todo lo que quieras manifestar.
  2. Constancia y control de la atención: Siguiendo con el ejemplo del vaso de agua, si vas a la cocina, coges el vaso, pero no lo llenas de agua, desistes en ese momento, entonces no podrás tener un vaso con agua y no podrás beber. Tienes que ser constante y pasar por todos los pasos hasta hacer la realidad “real”, como quien dice.
  3. Imaginación controlada: Antes de ir a por el vaso de agua y hacer realidad el beberte tu vaso de agua, tienes por fuerza que imaginarte que lo vas a hacer. Cualquier cosa que vayas a hacer, desde mover el brazo a comprar acciones de una multinacional, tienes que imaginártelo antes. Entonces, es importante imaginarte qué quieres conseguir antes de conseguirlo. Verte ya en tu vida con lo que quieres manifestar y verlo claro y sin ningún tipo de nerviosismo o estrés por conseguir eso. Es como con el vaso de agua. Visualizas que vas a por agua nítidamente y con facilidad, con soltura, sin ningún tipo de película mental dramática ni nada por el estilo. Sólo tomas lo que es tuyo.

Espero que te sirva y te ayude esta forma de ver el echo de manifestar y que seas capaz de ver la simpleza que hay en ello y cómo puede servir para manifestar cualquier cosa. En el momento que te venga un miedo o una sensación negativa al manifestar simplemente cambia de nuevo a lo bueno que estabas queriendo manifestar y no le des más importancia. Ríete de ello si hace falta y ve a por lo que quieres manifestar. Puedes hacer la prueba con cosas chicas y, además, si estás atento/a a tu imaginación (cosa que deberías hacer ya de continuo) verás que cada vez que quieres algo lo imaginas antes. Yo ayer imaginé que hoy comería lentejas y ya se están haciendo… Si quieres saber más, pincha aquí

Ian.