
Doy gracias por tantas cosas. Primero por existir, no todo el mundo puede existir en el mismo tiempo y espacio; sólo yo puedo existir en este tiempo y espacio. Segundo por haber amado. He amado con mucha fuerza, con mucha intensidad y a muchas personas. Amar es algo extraño, en el sentido de que no es muy habitual. Se puede sufrir mucho si se ama, pero si se ama de verdad no se sufre, es curioso cómo funciona. Amar en libertad es lo que realmente sirve como vía de liberación de nuestro ego. Dejar de apegarnos a cosas y personas para vivir libres de apegos, por lo menos comenzar a vivir así.
Doy gracias también por mi familia y mis amigos que me han soportado y amado en mis peores momentos y en los mejores. Ellos me conocen mejor que nadie y aun así me aman. Me siento dichoso de poder vivir en este tiempo y con esta familia y amigos. No todo ha sido perfecto, obviamente, pero es que nada lo es y a la vez todo lo es. Agradezco tener techo, comida y ropa y comodidades como internet, el móvil o los instrumentos para hacer música. Mis libros, mi tiempo para gozarlos, tantas cosas.
Agradezco haberme enamorado tantas veces porque ahora sé reconocer mucho mejor qué es amor y qué es enamoramiento. El amor es sencillo, nada de aspavientos y vericuetos. Es sereno y sabio, elegante per se. He recordado ahora la oración sobre el amor que creo que era de san Francisco de Asís, si no recuerdo mal. Voy a buscarla… Le he preguntado a San ChatGPT y me ha dado la respuesta. Aquí está:
Primera Carta a los Corintios 13 del Apóstol San Pablo:
El amor, lo más importante
Si hablo las lenguas de los hombres y de los ángeles,
pero no tengo amor,
vengo a ser como bronce que resuena
o címbalo que retiñe.
Y si tuviera el don de profecía,
y entendiera todos los misterios
y todo conocimiento,
y si tuviera una fe capaz de mover montañas,
pero no tengo amor,
nada soy.
Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres,
y si entregara mi cuerpo para ser quemado,
pero no tengo amor,
de nada me sirve.
El amor es paciente, es bondadoso.
El amor no es envidioso,
ni jactancioso, ni orgulloso.
No se comporta con rudeza,
no busca lo suyo,
no se irrita,
no guarda rencor.
No se alegra de la injusticia,
sino que se regocija con la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser.
Las profecías se acabarán,
cesarán las lenguas,
y el conocimiento desaparecerá.
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
pero cuando venga lo perfecto,
entonces lo que es en parte se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como niño,
pensaba como niño, razonaba como niño;
pero cuando llegué a ser adulto, dejé las cosas de niño.
Ahora vemos por espejo, oscuramente;
pero entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco en parte;
pero entonces conoceré como fui conocido.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres;
pero el mayor de ellos es el amor.
Una belleza muy profunda hay ahí. Estoy agradecido por escritos como este, por las piezas magistrales de música y pintura, por la escultura… Por tantas y tantas cosas… Y si estás agradecido sólo hay espacio para cosas buenas porque toda tu energía está afinada es la gratitud y tus pensamientos, sentimientos, palabras y actos van orientados hacia la gratitud en todas sus formas. Y si la gratitud la generas desde el amor entonces es como la potencia del espíritu. Puedes crear lo que quieras que esté alineado con estas energías…
Ian.
