Pienso que, inevitablemente hacemos las dos cosas, pero también es verdad que hay gente que se va más al futuro y otras que están más en el presente. Parece ser que la mayoría está en el futuro y, además, de manera angustiosa. Muy poca gente mira al futuro con optimismo y más ahora que hay tantas amenazas (la mayoría de ellas creadas por intereses de los poderes de turno). Pero yo creo que el futuro puede ser bueno, brillante, mejor que el presente en el que estamos ahora. Eso para uno puede ser así si se lo plantea seriamente y se pone a ello.

Sin embargo, también hay gente (mucha por desgracia) que vive en el pasado y está anclada a cosas que le pasaron y sigue definiéndose por ese pasado. Yo mismo lo hago en ciertas áreas de la vida y estoy haciendo por cambiarlo. Esto hace que nos anclemos a comportamientos y formas de pensar que, normalmente, no nos van a gustar. Usar la técnica del Dejar Ir del Dr. David R. Hawkins es algo muy útil para desanclar esas emociones y entonces así también los pensamientos que van asociados a esa emoción que nos viene de una o varias situaciones del pasado. Nuestro padre nos trataba de tal manera, nuestra madre de tal otra, el hermano o la hermana… Total, que al final estamos rememorando y afianzando una emoción-energía que no es nuestra, que no nos corresponde ni nos beneficia.

En contra de lo que ahora se piensa que es que hay que estar en el presente y sólo en el presente, pienso que esto nos coarta de la posibilidad de recordar y de la posibilidad de planear, por lo que nos deja “huérfanos” de esas dos habilidades, digamos. Sin ellas somos como plumas al viento, no tenemos dirección ni podemos dirigirnos correctamente por el sendero de la vida. Por eso creo que el libro de “El Poder del Ahora” de Edgar Tolle tuvo tanto éxito y se le dio tanto bombo. Vino para crear en toda una generación un miedo al recordar y al planificar, por lo tanto, un miedo a corregir el rumbo de la propia vida porque entonces no estarían enfocándose en el presente como se supone que debía ser… Cada cuál que saque sus propias conclusiones…

Ian.

Cuántas veces tenemos que batallar contra algo que se nos encona o se nos enquista y no hay forma de hacerlo funcionar o echar pa’lante. Pasa mucho con asuntos legales y temas burocráticos. Pero es que todo tiene sus tiempos y tiene que ser así por algo. Imagino un mundo en el que se solucionase todo al instante; no nos daríamos cuenta de la vida… Pasaría en un abrir y cerrar de ojos y no aprenderíamos ni viviríamos nada.

De todas maneras, yo tengo un punto de vista sobre la vida un poco extraño, o poco habitual. Y es que hay una parte de mí todavía muy grande que cree que la vida no tiene realmente utilidad. Sé que puede sonar fuerte, pero digamos que estoy un poco harto de escuchar que estamos aquí para aprender y evolucionar y yo me pregunto ¿Con qué objetivo? Si al final envejecemos, perdemos la vitalidad y la curiosidad y las ganas de vivir (en general, hay casos y casos) y nos disolvemos en el mundo de Morfeo y de Lethe. Pero hay otra parte de mi que sí cree que tenga un sentido y que toda esta aventura tiene una razón de ser, un por qué, aunque sea sólo por jugar…

Sea la razón que sea, estamos aquí inevitablemente y parece que nos vamos a quedar un rato más… Así que disfrutemos todo lo posible y encomiémonos a Dios y a su sabiduría…

Ian