Las 4 Virtudes Cardinales

Escuchar mientras se lee…
  1. Prudencia: La capacidad de discernir el verdadero bien en cada circunstancia y elegir los medios adecuados para realizarlo. Es la «conductora» de las demás virtudes.
  2. Justicia: La constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido.
  3. Fortaleza: La virtud que asegura la firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la capacidad de aceptar el sacrificio de la propia vida por una causa justa.
  4. Templanza: La virtud que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos.

Y las tres Virtudes Teologales:

  1. Fe: Creer en Dios y en todo lo que Él ha revelado.
  2. Esperanza: Aspirar al Reino de los cielos y a la vida eterna como nuestra felicidad, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo.
  3. Caridad (Amor): Amar a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y al prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.

¿Por qué escribo sobre las virtudes? Estaba curioseando sobre las virtudes y sobre cómo poder potenciarlas para contrarrestar malos hábitos que tengo y, sobre todo, averiguar cómo se pueden instaurar estas virtudes bajo el libre albedrío porque, por lo visto, libre albedrío tenemos muy pocas veces en nuestra vida. El libre albedrío es algo que hay que “cultivar” digamos, por lo que parece.

En mi caso me remito al dejar de fumar. Para mí fue una especie de acumulación de ganas de no-fumar la que provocó que lo dejase aquel día feliz. Para equilibrar entonces todas las áreas de la vida y las energías que nos manejan en principio si nosotros no tomamos el timón también me topé con las virtudes que sirven para contrarrestar los 7 pecados capitales que, al final, son formas de pérdida de energía y de viciado de la energía.

Aquí están:

  1. Contra la Soberbia (Orgullo excesivo):
    1. Virtud: Humildad
    1. Actuar Correcto: Reconocer las propias limitaciones, valorar a los demás, no buscar la gloria propia por encima de todo, y reconocer la dependencia de Dios (en un contexto religioso) o de la comunidad y las circunstancias (en un contexto secular).
  2. Contra la Avaricia (Deseo desordenado de bienes):
    1. Virtud: Generosidad (o Largueza)
    1. Actuar Correcto: Compartir los propios bienes (tiempo, talento, dinero) con los necesitados, valorar más a las personas que a las posesiones, ser desprendido y no acumular por acumular.
  3. Contra la Lujuria (Deseo sexual desordenado):
    1. Virtud: Castidad
    1. Actuar Correcto: Integrar la sexualidad de manera ordenada y respetuosa dentro de las relaciones, valorar la dignidad propia y ajena, ejercer el autocontrol sobre los impulsos sexuales y usarlos para el amor auténtico y no para la mera gratificación egoísta.
  4. Contra la Ira (Cólera descontrolada, deseo de venganza):
    1. Virtud: Paciencia
    1. Actuar Correcto: Soportar las adversidades y las ofensas sin perder la calma ni guardar rencor, buscar la reconciliación en lugar de la venganza, responder con serenidad y buscar soluciones pacíficas a los conflictos.
  5. Contra la Gula (Exceso desordenado en comer o beber):
    1. Virtud: Templanza (o Moderación)
    1. Actuar Correcto: Usar con moderación los bienes creados, especialmente la comida y la bebida, buscando el equilibrio y el dominio de los apetitos, no dejándose llevar por el placer inmediato sino buscando un bien mayor. (Nota: La Templanza es también una Virtud Cardinal).
  6. Contra la Envidia (Tristeza por el bien ajeno):
    1. Virtud: Caridad (en el sentido de benevolencia o amor al prójimo) o a veces Bondad/Aprecio
    1. Actuar Correcto: Alegrarse por el bien y los éxitos de los demás, desear el bien al prójimo, practicar la gratitud por lo que uno tiene en lugar de codiciar lo ajeno, mostrar aprecio y reconocimiento. (Nota: La Caridad es también una Virtud Teologal).
  7. Contra la Pereza (Flojera espiritual o física, desgana en el deber):
    1. Virtud: Diligencia
    1. Actuar Correcto: Cumplir con los propios deberes (espirituales, laborales, familiares) con prontitud y cuidado, esforzarse en hacer el bien, ser activo y comprometido en las responsabilidades, superar la desgana y la apatía.

Luego está la escala de la conciencia del Dr. David R. Hawkins. Con ella y con la técnica del Dejar Ir podemos ir liberándonos paulatinamente de los diferentes drenajes que nos mantienen tristes, apáticos, melancólicos, negativos, agresivos, etc.

    Ian.

    La maravilla de que existas

    Tú no lo sabes. Tú no lo entenderías quizá, pero eres una luz en este mundo de tinieblas. Un faro en la tempestad del océano embravecido. Eres un sol que ilumina la oscuridad más grande para que sólo queden sombras que sirven de apoyo en el caminar. Tú no eres consciente, pero tu ser hace que sea mejor de lo que soy. Que cada día sea un día más bonito que el de ayer, porque se acumula la belleza.

    Tu belleza, que no es sólo externa, sino interna. Eres una luz en la travesía hacia el monte del destino. En las epopeyas eras la musa que alentaba al héroe. La ambrosía que alimentaba a los dioses, pero de un alimento perpetuo e imperecedero. Lo que se podría llamar “amor”, como el estado del ser suspendido en la gracia que toca la belleza más pura y la difumina allí donde va…

    Al final y al principio, siempre has sido tú. La referencia del espíritu, la evanescencia de lo constante, el sobreponerse a los estados lisonjeros del ser. El ser capaz de sonreír en medio de la tempestad más grande de todas. El grito del espíritu que nace desde el principio del laberinto y que llega hasta la salida para que podamos salir. La brisa fresca en una mañana de verano. Tú… Gracias por existir…

    Ian.

    Sobre el Dar…

    Muy bueno este enfoque sobre el dar. No lo había visto nunca y es muy necesario. Sé que puede provocar dolor en ciertas personas por los esquemas que rompe, pero al final es un tratado sobre cómo amar…

    Espero que te sirva muchísimo y que lo disfrutes…

    Ian.