¿O es el enfoque que tenemos del mundo el problema? Si a una persona le ocurre una cosa y se lo toma como personal, ¿es lo que le ha ocurrido el problema o hay un problema porque se lo tomó como personal? Yo me he centrado durante mucho tiempo en los problemas del mundo y me he desmoralizado y me he sentido muy mal por ellos, pero era yo el que estaba sintiéndose así y generándome ese malestar. Es obvio que en el mundo hay muchas injusticias y dolor. Pero centrándonos en ello sólo obtenemos dolor y malestar y así no se arregla nada. Es más, se empeora una parte del mundo.

La única manera que existe de poder cambiar algo es, como dijo Ghandi, siendo el cambio que quieres ver en el mundo. No hay otra. Y yo afinaría más. Si el mundo es como es y ha sido así siempre, ¿realmente la cuestión tiene que ser cambiarlo o más bien deberíamos buscar una manera de no volver aquí si es que existe la reencarnación? (yo creo que sí existe). O también, adaptarnos, aceptar que el mundo es como es y buscar la manera más sabia de vivir aquí mientras estemos aquí.

Ahora está muy en boga el pensamiento New Age de que «somos uno». Visto desde el enfoque de la ciencia todo es energía que ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Desde este punto de vista en realidad todos somos uno o la misma cosa, digamos. Pero a efectos prácticos esto no es así. Cada ser humano es diferente y diría que hay seres que parecen humanos y que no lo son, no son de nuestra especie. En mi visión del mundo caben seres que son desde ciborgs a seres vacíos de esencia espiritual y alma. Éstos últimos serían los llamados «Portales Orgánicos» que describe Corrado Malanga en sus trabajos y que podrían ser vistos como los psicópatas clínicos.

Hay mucho de todo y estoy seguro que mucho más extraño de lo que la imaginación más loca sea capaz de imaginar. Mientras vivamos aquí no somos uno, somos individuos más o menos diluidos en la masa y lo único que podemos hacer es preservar el máximo posible nuestra individualidad genuina para no volvernos seres clónicos y que actúan y piensan lo mismo sin ningún criterio propio. Esto es el colmo de la esclavitud y ya está ocurriendo en masa a unos niveles cada vez mayores.

El futuro se plantea curioso cuando menos y bueno, podemos hacer nuestra mejor parte si queremos y con eso sentirnos orgullosos de nosotros mismos. Formamos parte de un engranaje muy grande, conozcamos todo lo posible sus partes y leyes y fluyamos dentro de él de la manera más sabia que podamos. Este es verdaderamente el mejor bien que podemos hacernos a nosotros mismos y a los demás. Para ello una forma de amor que podríamos llamar «adulto» nos terminará invadiendo y aprenderemos a respetar a todas las formas de vida y comprender todas las situaciones desde ese amor que siempre hemos sido.

Ian

La vida nos da unas cartas con las que jugamos el juego de la vida. El juego tiene un tiempo y hay unas reglas que, en principio, desconocemos. Aquellos más atrevidos llegan a conocer parte de esas reglas, pero creo que no llegamos nunca a conocerlas todas. Las cartas con las que venimos las vamos perdiendo en el camino y nos vamos quedando con menos, pero hay situaciones que nos renuevan esas cartas.

Según juguemos soñaremos un sueño u otro dependiendo casi exclusivamente de nosotros porque aunque pensemos que los demás fueron los que nos hicieron tal o cual cosa, fuimos nosotros los que lo permitimos realmente y sin saberlo. Si no hubiésemos imitado a otros en el comportamiento o hubiésemos recurrido a ese comportamiento de víctima para conseguir tal o cual cosa habríamos jugado nuestras cartas sabiamente.

Así que, a partir de ahora, hay que formarse en las reglas del juego, que tiene varios niveles y aprender lo máximo de cada nivel y llevarlo a la práctica. No queda otra, o jugamos o el juego nos juega a nosotros.

Ian