La madre de todos los asuntos

¿Qué hacemos aquí? ¿Qué es la vida? ¿Qué objeto tiene vivir? Son preguntas que llevo haciéndome desde que tengo uso de razón. Me he topado con las respuestas más peregrinas que uno pueda imaginar. Sin embargo, ninguna realmente resuelve el puzle. Una de las respuestas que me parece más satisfactorias es que todo esto es una ilusión, un sueño y que somos el soñador y el sueño. El mundo que vemos y experimentamos, y la gente con la que nos topamos son también nosotros mismos soñando desde otro punto de vista. Así pasaría también con los animales, las plantas e incluso los minerales.

Pero de todas las formas de abordar la vida me quedo con la visión de los chamanes Toltecas que viene a decir que la vida es un completo misterio y que ese misterio es insondable. Es decir, nunca lo resolveremos. Y lo mejor que podemos hacer es aceptar ese misterio y avanzar en el desarrollo de la consciencia y el ser hasta sus niveles más óptimos posibles. El llamado «camino del guerrero». He probado varios caminos y nunca me he decidido a adentrarme en el camino del guerrero por su dureza y soledad, sin embargo también tiene mieles deliciosas que se pueden experimentar según parece.

Sea como fuere, estoy viviendo en esta incógnita y siento que voy a descubrir, según mi poder personal, muchas cosas muy interesantes de este juego y que jugarlo me trae ya, de por sí, dicha y alegría. Conseguir un sentido dentro del mayor de los sinsentidos que nace de un amor creciente por mi mismo y mis semejantes ya que, a fin de cuentas, estamos todos transitando el gran enigma, el sendero de los senderos…

Ian

Plenitud

Me siento pleno ya. Abandono mi aflicción, mi perseguir, mi querer ser y soy por fin. Navego hoy en el presente perfecto que es el único que existe y desde aquí observo y creo todo en armonía. Mis circunstancias son reflejo de cómo estoy, por eso estoy pleno, porque así mis circunstancias serán de plenitud. Y si algo aparentemente va mal es porque simplemente mi plenitud me está señalando el camino correcto. Las variantes son infinitas y entre ellas escojo las que deseo experimentar para despertar a mi espíritu.

Camino con cariño por el filo de la navaja manteniendo el equilibrio. Buscando el sendero menos transitado pero el más óptimo de todos. Lo hago en silencio y con dicha, porque por fin he encontrado el comienzo del camino que realmente me lleva a mí mismo. Olvidar prácticamente todo lo aprendido y empezar de nuevo en la antigua y nueva travesía. Cuántas veces habré rehecho el tránsito hacia el sí mismo. Cuántas vidas han pasado. Ahora ya no importa, lo importante es que estoy decidido y por fin comienzo el fin.

Todos los caminos llevan al mismo sitio; la nada. Pero existen caminos que nos destruyen y caminos que nos reparan y nos dan energía. Yo elijo el camino más reparador de todos, el camino a uno mismo. Una vez llegue a la realeza de lo que soy comprenderé qué hago aquí, por qué estoy aquí y para qué estoy aquí. Ahí volveré a empezar de nuevo, pero en una nueva espiral de la espiral. Todo sea por volver al origen de todo…

Ian

¿Astrología?

Los que están y han estado en el poder durante cientos o incluso miles de años han prohibido y ridiculizado (más recientemente) la astrología, cuando ellos la han usado y la usan para sus fines. Decía J.P. Morgan «los millonarios no tienen astrólogos, los multimillonarios sí«. Sin embargo, al vulgo nos presentan en la televisión programas con «astrólogos» estrafalarios que supuestamente adivinan en futuro y estupideces de ese tipo que hacen que la astrología quede a la altura del betún.

Tengo claro que cuando se ridiculiza públicamente algo o se lo denosta entonces ese algo es interesante para mí de seguro. No siempre es así, hay que saber discernir. Pero cuando uno sabe que la astrología es una ciencia milenaria que tiene mucho más recorrido y uso que la ciencia moderna (que parece ser la única forma de conocimiento válido) entonces suena bastante raro que se la ridiculice, hace que se sospeche mucho al respecto.

Por mi parte estoy aprendiendo astrología y es algo alucinante. Se puede ver un diseño inteligente en los astros. Unos movimientos que parecen ser coreografiados a la perfección y con más exactitud que un reloj atómico. Esto es algo asombroso y que, además, sigue ocurriendo y lleva ocurriendo desde la más remota antigüedad. Los cielos no cambian, como sí nos dice la ciencia «oficial». Son estáticos y perpetuos. Algo hay ahí muy profundo y ancestral. Conmino a todo el mundo a estudiar astrología o, por lo menos, a seguir a astrólogos que nos informen de cómo está la situación en los cielos para que podamos lidiar con nuestras vidas de la mejor manera posible.

Ian