¿Qué hacemos aquí? ¿Qué es la vida? ¿Qué objeto tiene vivir? Son preguntas que llevo haciéndome desde que tengo uso de razón. Me he topado con las respuestas más peregrinas que uno pueda imaginar. Sin embargo, ninguna realmente resuelve el puzle. Una de las respuestas que me parece más satisfactorias es que todo esto es una ilusión, un sueño y que somos el soñador y el sueño. El mundo que vemos y experimentamos, y la gente con la que nos topamos son también nosotros mismos soñando desde otro punto de vista. Así pasaría también con los animales, las plantas e incluso los minerales.

Pero de todas las formas de abordar la vida me quedo con la visión de los chamanes Toltecas que viene a decir que la vida es un completo misterio y que ese misterio es insondable. Es decir, nunca lo resolveremos. Y lo mejor que podemos hacer es aceptar ese misterio y avanzar en el desarrollo de la consciencia y el ser hasta sus niveles más óptimos posibles. El llamado «camino del guerrero». He probado varios caminos y nunca me he decidido a adentrarme en el camino del guerrero por su dureza y soledad, sin embargo también tiene mieles deliciosas que se pueden experimentar según parece.
Sea como fuere, estoy viviendo en esta incógnita y siento que voy a descubrir, según mi poder personal, muchas cosas muy interesantes de este juego y que jugarlo me trae ya, de por sí, dicha y alegría. Conseguir un sentido dentro del mayor de los sinsentidos que nace de un amor creciente por mi mismo y mis semejantes ya que, a fin de cuentas, estamos todos transitando el gran enigma, el sendero de los senderos…
Ian

