Crear música

Escuchar mientras se lee…

Crear música es pintar con sonidos una poesía en el viento. Es esculpir una idea sentida en un trozo de tiempo que vibra con las formas elegidas. Es crear la estructura de un programa informático que activa el espíritu y el alma. Cuando creo música estoy absorto, conectando con otros estados, otros mundos, otras posibilidades. La vida se hace más llevadera y alegre. Es como escribir, pero en colores musicales que narran sentimientos que van y vienen, que mecen la cuna del ser.

Crear música es conducir sonidos de una pista a otra, bailando entre sí, como en una danza etérea que puede llegar a los más recónditos escondrijos del espíritu. Mezclar, como cuando se cocina, diferentes sabores sonoros en un cocido de sonidos que puede ser una delicia para el paladar del alma o, por el contrario, puede ser vomitivo si no se aprecian bien ciertos sabores musicales.

Al final, crear música es una de las cosas más deliciosas que he probado en mi vida, junto a la comida y el sexo. Doy gracias de poder experimentar el crear música por la dicha que me ofrece y es algo que recomiendo probar a todo el mundo o, por lo menos, a aquellos que tienen inclinación por la música.

Ian

Días extraños

Estoy pasando por días extraños. Días en los que todo cambia y nada cambia. Días de amistad y soledad en los que lo he pasado mal y bien a la vez. Por eso son extraños, porque condensan los extremos. Puede ser por el calor de agosto, por la luna llena que hemos pasado o por muchas otras cosas. Días en los que me planteo la vida, mi vida y su rumbo y veo que lleva el rumbo que todas las vidas llevan. Un rumbo sin rumbo, que se va decidiendo día a día, con cada acto.

También han sido días muy apasionantes y de descubrimientos muy interesantes. He descubierto que cada día es como una vida. Una vida que puede ser monótona o maravillosa muchas veces no por lo que hagas sino por cómo veas lo que está ocurriendo. El mismo café un día es muy diferente del día posterior. La mosca que se posa en tu brazo un día es una mosca más y otro día es una mosca que te está haciendo micro acupuntura.

Hay tantas cosas que desconozco. Pasan los días y aprendo más, pero también me doy cuenta de que sé menos, de que estoy muy lejos del conocimiento real de las cosas. Creo, sin embargo, que ese conocimiento es accesible realmente, si nos lo proponemos y vamos hacia él. A su vez, él vendrá a nosotros y nos iremos acercando hasta fusionarnos en uno. Eso espero, pero con calma, porque el conocimiento silencioso, el real, el profundo, el majestuoso es, también, muy potente. Pero su potencia también sirve para poder manejarse estando en él.

Sé que puede sonar un poco críptico, pero todas las cosas importantes en la vida son así y son así por algo. Creo que todos, llegado el momento, en esta o en otra vida, llegaremos a ese conocimiento liberador y podremos, tal vez, volver al origen de lo que somos y no tener que volver a transitar la vida o, por lo menos, descansar un tiempo prudencial de ella.

Ian

Luna llena

Escuchar mientras se lee…

Ayer, 1 de agosto de 2023 fue Luna llena. Y yo me pregunto ¿Qué es la Luna? ¿Alguien realmente en este mundo sabe qué es la Luna? Yo creo que no, que nadie lo sabe realmente. Pero, ¿Qué es un árbol? Tampoco lo podemos saber. Todo, y es mi humilde opinión, es un misterio insondable. No puedo afirmar categóricamente, de todas maneras. Alguien puede que lo sepa, pero quizá lo sabe de una manera imposible de transmitir a otros. Creo que el «saber saber» está más allá del entendimiento y, por lo menos yo, no he llegado allí todavía. Seguramente cierta clase de indígenas sepan qué es verdaderamente un árbol, o una seta. Pero no lo sé seguro.

Si, parece una disertación de borderline, pero si uno se para y reflexiona sobre el mundo y sus cosas todo es completamente extraño. Puedes hacer la prueba sencillamente mirándote una mano durante 5 minutos de reloj. Sí, te pones una cuenta atrás de 5 minutos y te dedicas esos 5 minutos exclusivamente a mirarte la mano. Verás que tu mano es algo muy muy raro.

Yo hice algo parecido con una vela una noche. Me mantuve observándola desde que la encendí hasta que se apagó sola. Una experiencia muy potente y horrible en varios momentos. Y os puedo asegurar que el fuego de la vela tenía vida propia. Reaccionaba a mis pensamientos hacia ella. Toda una experiencia, barata, sin salir de casa, pero tremenda. Mucho más que montarse en una montaña rusa.

¿Y la luna? Siempre da la misma cara. Y que vengan y me cuenten el cuento para niños de que es porque coincide la rotación de la luna con la de la Tierra de manera que siempre da la misma cara. Eso es absurdo a más no poder. Es, visto desde las probabilidades, como darle una tiza a un momo y que te escriba «Los Pilares de la Tierra»… No, señores, las cosas no funcionan así. Es algo muy serio en lo que vivimos y tenemos nuestro ser y casi nadie se da cuenta de ello. Pero bueno, habrá que distraerse un poco, ¿no? Pues sí, todos lo hacemos…

Pero la luna sí tiene algo y es que altera los comportamientos. Afecta a las mareas y a saber qué más maravillas hace y con qué fin o fines reales lo hace… Todo parece estar puesto ahí al milímetro por una inteligencia obviamente muy superior a la nuestra que quizá, tal vez, sea nuestro carcelero o nuestro maestro, o las dos cosas… Quién sabe, ¿verdad?

Ian