
Hoy es un día de comienzos para mí. Lo que he comenzado es algo que me quedo para mí, pero siento que no sólo es para mí. Siento que, en estos días, día más día menos, mucha gente está comenzando cosas nuevas y dejando atrás cosas “viejas”. Y es que cuando comenzamos algo nuevo es inevitable dejar cosas anteriores, porque lo nuevo cubre un hueco que dejó lo antiguo. En realidad, estamos haciendo esto constantemente, lo que pasa que lo notamos más con cosas grandes. Pero, si te fijas, constantemente se reemplaza un momento anterior por otro posterior, como quien dice. Pero también en lo que se hace. Yo ahora estoy escribiendo y voy reemplazando una letra por un hueco que había antes y luego una palabra y así hasta cubrir un párrafo entero.

Luego comienzo otro párrafo cubriendo el hueco que había más abajo y al final me saldrá un texto entero que publicaré en el blog que, por ahora, está vacío a la espera de estas letras. Es curioso cómo funciona el universo. Así es con todo. El vacío de una habitación es precisamente lo que permite que se habite. El vacío de un vaso es aquello que permite que se pueda llenar de líquido. El vacío de nuestros pulmones es el que permite la entrada de aire y así con todo. Esta idea la extraigo del Tao-Te-King de Lao-Tse. Un pequeño-gran libro que te recomiendo encarecidamente leer.

También cubrimos huecos con relaciones porque pensamos que estamos vacíos y, en cierta medida, es así. Pero no es un hueco que haya que cubrirse con la primera persona que pase. Pienso que primero uno mismo debe avanzar bastante en el camino del autoconocimiento y, llegado el momento, esa relación se dará de forma natural. Pero es eso, primero se debe avanzar si lo que se quiere es un amor o una relación que no venga a cubrir un vacío, sino que acompañe a la abundancia que ya tenemos.
Ian.