Escuchando un Duduk…

Pienso en ti. ¿En dónde estarás, qué estarás haciendo, con quién estarás?… ¿Estarás sola? ¿Cómo son tus pensamientos? ¿Qué sientes ahora que escribo esto? ¿Eres dichosa, como ahora se dice; feliz? ¿Te sientes arropada por la vida o estás en guerra con ella? No sé si alguna vez lo sabré. Si alguna vez podré estar contigo, adentrarme en tus misterios, volar juntos con la imaginación, reírnos, pasear por el campo, ir a la playa. No sé, tantas cosas.

Pero no puedo ilusionarme, lo que sí puedo y tengo es fe en que te encontraré. Y seremos muy felices juntos, muy dichosos. Prefiero la palabra dicha a la palabra felicidad. Es más dicha la que sentiría contigo. Felicidad me suena un poco a plástico, a campaña publicitaria. La dicha es más espiritual, más grandiosa. Toca más aristas de la situación que estoy describiendo. Tú y todo tu mundo. Tú y tus misterios. Describo el cielo en la tierra, viajar años luz sin moverse de la cama. Describo la pasión más loca contenida en una mirada.

Y puedo seguir, pero no quiero. Lo bueno si breve, dos veces bueno. Así que sí, ella y sus misterios que algún día formarán parte de los míos…

Ian.

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