Cuando la vida no tiene sentido, está vacía, aunque aparentemente llena de muchas cosas ¿Qué hacer cuando pasa esto? Parece que no se puede hacer nada, pero sí se puede. Se puede evocar el vacío y de él extraer algo. Algo que nos sirva para mantenernos vivos. Un grito, una especie de quejido que nace del alma que se está perdiendo en el abismo. Un dolor que no se calma, pero que se puede aplacar si se quiere.
Es algo confuso, porque no todo el mundo sufre de este mal. Aunque parece ser que cada vez más gente lo sufre. Pero es “mal de muchos consuelo de tontos”. La cuestión es intentar amainarlo lo más posible y engancharse a la vida lo antes posible. Aunque el duelo debe pasar de alguna manera, parece que también debemos aprender del sinsentido.
Ian.
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