Para mí todos los días son completos. Cada día tiene su propio afán, que decía mi abuelita. Y es verdad, cada día tiene su propio afán.

Pero aún así, hay días que parecen más “redondos” que otros. Creo que es nuestra perspectiva la que nos hace verlos así. Cada día es el que tenía que ser para nuestra vida. A su vez cada vida es diferente, única y el día de uno puede ser muy “feliz” mientras que el día del de al lado puede ser muy “desdichado”.
Todos tenemos la capacidad de enfocar el día de la manera más constructiva posible, pero no todos la llevamos a cabo ¿Qué diferencia a unos de otros? Simplemente la actitud y el querer ir hacia esa manera constructiva o no… Es verdad que cuando se está en una depresión profunda y la vida aprieta es muy difícil movilizarse y tener una actitud mejor y lo sé por propia experiencia. El punto es no dejar de intentarlo, tener por lo menos la propia promesa de que se saldrá del agujero algún día.

También es verdad que hay agujeros y agujeros. Existen lugares en la mente en los que estar es un suplicio a cada instante. En los que no quieres nada de la vida y lo que quieres es irte de aquí. Eso también lo he vivido. Y puedo escribir esto por eso mismo. Por eso mismo puedo decir que se puede salir y que somos mucho más fuertes y potentes de lo que creemos.

Existen tantas circunstancias… Pero se pueden cambiar, grado a grado, paso a paso para que la situación sea cada vez más propicia y consigamos estar en la vida con una sonrisa y poderosos. Pero no hablo de un poder coercitivo hacia los demás ni de dominio sobre otros. Hablo del poder de doblegar al propio pensamiento y los propios sentimientos y guiar nuestra vida, día a día, con la voluntad del espíritu.
Todos podemos hacerlo, pero hay que elegirlo y cada uno tiene su tiempo para elegirlo, para elegirse…
Ian.
Pd.: Si quieres saber cómo sorteé gran parte de mi depresión aquí podrás…