
Es algo que me pregunto a veces. Utilizando sustancias no es el camino, eso no lleva a buen puerto. Sobrepensando tampoco, porque lo que se logra es justo el efecto contrario; tener más ansiedad o nerviosismo. Meditando se puede lograr cierta paz, pero realmente es una especie de “sustancia” que se aplica para calmarse. Creo, sinceramente, que una de las cosas que más paz da es aceptarse tal cual uno es ahora mismo. Hacer un ejercicio profundo de aceptación primordial de lo que se es.

Si aceptas lo que eres tal cual es, si lo logras, has logrado un gran hito en tu vida. Aceptar lo que eres no significa no cambiar, significa digerir lo que se es para poder expulsar de nosotros lo que no es y entonces poder ser más auténticos, más cercanos a lo que somos de manera pura, de manera auténtica. Una vez que aceptas que eres fumador por mucho que no quieras serlo, es entonces cuando, de alguna manera mágica, puedes dejarlo. Así con todo. Pongo el ejemplo del fumador porque yo lo he sido y comprendo hasta qué punto es difícil dejar de fumar. Yo no me aceptaba como fumador y pensaba que no iba a poder salir nunca del bucle enfermizo de fumar y fumar. Pero un buen día, después de haberlo pensado mucho lo acepté y me di cuenta de que el dolor de no fumar sería menor que el dolor de fumar.

En ese momento cambié un dolor por otro y dejé de fumar y hoy en día ya no queda dolor del original o casi nada. La libertad que siento es genial y también la paz que siento. Algo así pasa con el bloque entero de sentimientos y pensamientos. Hay que cambiar el dolor de no tener paz por el dolor de tener paz, porque el dolor de tener paz es más un recuerdo. Un recuerdo de lo que fuiste sin tener paz. Al final ese recuerdo termina yéndose y queda sólo la paz. En ese camino estoy y sé que lo conseguiré al igual que lo conseguí con el tabaco, porque es básicamente lo mismo, sólo que a mayor escala.

Ian