
Hace poco, dos días o así, hice un post sobre “Mi Yo Ideal”. Pues ya estoy comenzando a ver cosas que se están cumpliendo de las cosas que escribí. Son pocas cosas, suaves, como yo pedí, pero están pasando. No voy a decir cuáles son, quedan para mí, pero es curioso cómo el subconsciente o inconsciente, mejor dicho, va reorganizando todo a favor de lo que has dado por sentado.

Con fe y gran determinación, con fe inquebrantable, todo ocurre. Imagino la fe que tendrían que tener los constructores de las pirámides (de todas) y me quedo absorto. Además, que las construyeron en la misma época aproximadamente. Así con tantas cosas. La gran muralla China, por ejemplo. Una fe inquebrantable debían tener, está claro. Y no sólo para construir, para escribir también. Escribir un libro como el Quijote, por ejemplo, con unas 23.000 palabras de media cuando el vocabulario activo de un hablante medio es de unas 5.000 a 10.000 palabras, tiene que ser toda una odisea.

También esta maravilla es oscura, tiene mucha oscuridad, mucho dolor, mucha tristeza. Pero no me quiero centrar en esa parte, ya demasiado nos centramos en ella por el sesgo cognitivo de negatividad que tenemos por nuestro instinto de supervivencia. Además, si somos sinceros con nosotros mismos, la mayoría del tiempo, salvo contadas ocasiones y casos concretos, la vida es buena con nosotros. Estamos en paz (aunque nosotros estemos con estrés o con miedos) en realidad, nada está pasando malo o negativo.

Poder ver con mayor ecuanimidad lo que realmente está aconteciendo es difícil porque nuestros deseos, los deseos implantados, y los debería hacer y los “no hice”, etc. nos quitan la paz y la tranquilidad. Nos quitan la capacidad de disfrutar del momento en el que estamos y de proyectar buenos futuros y de recordar lo bueno del pasado. Parece que no, pero hay mucho de bueno en todo si se sabe ver. Es lo que le escuché a Sergio Fernández. Él decía algo así como; “conviértete en un paranoide inverso”. Es decir, ver lo bueno en todo, en lugar de ver lo malo en todo. Para eso hay que forzar a la mente y al subconsciente a ver siempre lo bueno, agradeciendo por todo. Obviamente no hay que obviar lo malo, no se trata de eso. Lo malo nos enseña por dónde no ir, digamos y nos ofrece mucho conocimiento y sabiduría si sabemos aprovechar esas situaciones y no nos revolcamos en ellas. Yo me he revolcado en situaciones dolorosas y sé lo que es. No es conveniente ni mucho menos.

Total, que espero que seas capaz de ver lo maravilloso de la vida a cada momento. Ser capaz de agradecer cada instante de tu vida, eso te dará más de lo bueno que estás viendo y reducirá “lo malo”, aunque muchas veces lo malo o lo bueno es sólo un punto de vista. Aquello que ahora nos parece malo puede devenir en algo bueno y viceversa. Todo está intrincado y relacionado y todo tiene un plan tejido por Dios al final. Si no crees que exista Dios es otro cantar, pero ¿de verdad piensas que tu ADN se organizó con ese nivel de complejidad al azar? Y así con todo. Está claro que para mí que hay una inteligencia muy superior a nosotros que está orquestando todo entre bambalinas y, también para mí, existen inteligencias menores que van organizando todo también entre bambalinas.

Los seres humanos nos creemos el último eslabón de la cadena de la evolución, pero nos queda muy lejos ese título, creo yo. Aun así que cada quién piense lo que quiera, claro, bastaría más. Se puede pensar que el ser humano es el ser más inteligente de la creación y quedarse tan pancho. Se pueden pensar muchas cosas. Pero bueno, el pensamiento correcto es, al final, el que produce resultados correctos, en el área que sea de la vida…
Ian