
Pienso que sólo sirve para desgastar la energía y el buen ánimo y hacer que se esté peor que como se estaba antes de preocuparse. Todo ocurre por algo y nunca sabremos bien por qué. Pero de alguna manera el por qué no llega a provocar grandes olas en la vida de la gente a no ser que ocurran situaciones extremas que ocurren con poca frecuencia y menos mal. Preocuparse trae entonces resonancias con energías de baja frecuencia que producen malestar y bajada de energía y vitalidad.

Es lo que dice el dicho budista, creo que es: “si tienes un problema y no tiene solución, para qué te preocupas. Si tienes un problema y tiene solución, para que te preocupas». En ambos casos, preocuparse es como un añadido que elegimos y que, en ciertas ocasiones, es muy automático. Para que deje de serlo tenemos que prestarnos atención y detectarnos en los momentos de preocupación para poder cambiarlos y así con todo. Con el mal ánimo también o con la beligerancia, etc.

Al final preocuparse es como un darse permiso para pasarlo mal gratuitamente, cuando nos podemos ahorrar ese sufrimiento. Pienso que mejor es ahorrárselo, demasiado sufrimiento hay ya en el mundo como para añadir más. Así que mejor estar atentos a cuando comenzamos a preocuparnos por algo y de la misma manera que vino esa preocupación, la invitamos a irse tranquilamente.

Ian