
Cuando todo está en desorden, sobre todo los pensamientos, no se está bien. Todo parece patas arriba y no cuadra nada. No se está acompasado. ¿Qué se puede hacer para acompasarse? Una cosa que se puede hacer es dormir. Dormir viene bien para acompasarse. También se puede meditar. Hacer una meditación activa o una pasiva, como formas básicas de funcionar en la meditación.

Escribir también es una posibilidad buena, porque hay que ordenar ideas y conceptos y explicar bien los diferentes asuntos que sean tratados. Entonces sirve para ordenar, organizar, fluidificar y armonizar. Obviamente, organizar la casa. Las cosas de casa. Organizar la mesa en la que uno trabaja, por ejemplo. Tirar cosas que no sirven también es una buena practica que organiza lo desorganizado.

Al final es obvio, poner orden donde hay desorden acaba con el desorden, es natural y obvio, pero a veces nos empeñamos en funcionar de otras maneras que no son las obvias y así nos va. Aunque hay veces que esas maneras de funcionar nos hacen ver otras partes de la vida que no habíamos visto antes, que pueden ser más feas o menos agradables, pero que son parte de la vida también. Negar esas partes no es sabio por parte del que las niegue. Están ahí por algo.

La sombra le dicen. Es la sombra la que nos desorganiza. Por eso hay tanto TOC en el mundo. Obsesión por evitar la sombra a toda costa. Y eso nos va destruyendo, haciéndonos cada vez más sintéticos, más olvidados de la naturaleza de la que venimos y a la que vamos y, en última instancia, que somos. Total, que el orden y el desorden son parte de la vida y tienen su función. Si desorden no habría nuevos órdenes y sin nuevos órdenes no habría avance. Aún así, a veces pienso si será tan bueno eso de avanzar por avanzar, evolucionar y “ser mejor” es, de alguna manera, ser cada vez menos nosotros mismos. Se corre el riesgo de olvidar la esencia. Hay quien dice por ahí que es una carrera de la rata que no lleva a ningún sitio eso de la evolución y que ya somos todo lo que nos hace falta para ser. Y bueno, para mí tiene bastante lógica esta forma de pensamiento.

Ian