
Si quitamos todas las etiquetas sociales, culturales, científicas, etc. nos quedamos en algo indefinido que no tiene mucho asidero. Nos quedamos en una nada aparente que es más certera que cualquier cosa que podamos nombrar. Si dejamos de vernos como un nombre de algo vemos que no hay nada que realmente pueda definir lo que somos. Somos una especie de posibilidad prácticamente total de todas las cosas y, a la vez, la causa de nada en absoluto.

Estamos siendo el efecto de otra cosa que no es de este mundo y que, seguramente, no sea de ningún mundo. Un juego muy extraño, bello y macabro muchas veces, de un ser que es más no-ser que otra cosa. Las circunstancias más extrañas se han dado y se darán en este mundo, pero no dejan de ser un accidente dentro del maremágnum de circunstancias. Estas circunstancias son buscadas o incluso creadas por este ser que es no-ser y que parece disfrutar de ellas. Además, parece que gusta de los seres humanos que las proporcionan. Mantiene a la mayoría siendo gris y vacía de experiencias extrañas e intensas y a una minoría de buscadores repletos de estas mismas.

Y, en realidad, todo el mundo está todo el rato, sin saberlo en la gran parte de las veces, repleto de circunstancias extrañas. La vida misma es una circunstancia de lo más extraña si uno se para un poco a pensar en lo que es o, mejor dicho, en lo que pueda llegar a ser. Nadie lo sabe realmente, es un enigma dentro de otro enigma dentro de otro enigma. Y así ad infinitum. Es increíble que podamos tener una actitud anodina ante tal prodigio y, sin embargo, es una de las actitudes más comunes entre los seres humanos, sobre todo hoy en día. Yo he tenido esta actitud y no me enorgullezco de ello, pero bueno, tampoco me lamento. Fue una etapa de la vida, y ya está.

Se pueden dar todas las circunstancias en esta vida, creo yo, pero no todas son fáciles de ocurrir. Por ejemplo, volar no es algo que se dé fácil en los seres humanos. Hacen falta millones de años de evolución para que se construyan artefactos voladores. Eso si hacemos caso a la historia convencional. Aún así, hacen falta muchos miles de años para que se den este tipo de artefactos. Otra cosa es volar como pájaros, transformados en pájaros. Hay tradiciones chamánicas en todo el mundo que hablan de la transformación de los chamanes en pájaros. También se habla del vuelo de la bruja. Quien sabe. Quien somos nosotros o, mejor, quien soy yo para decir que no.

Para finalizar solo decir que ese ser que es más no-ser que otra cosa se expresa a través de todo a diferentes niveles y en diferentes circunstancias y es magnífico, porque se manifiesta de manera perfecta y para cada uno en su medida necesaria. Hace que me exprese como lo estoy haciendo, que tú te expreses como lo estás haciendo y que la vida sea esta historia tan extraña e interminable, como decía Michael Ende…
Ian