Aleatoriedad

Hoy quiero escribir sin ningún guion ni idea preestablecida. Escribir por escribir. De vez en cuando lo hago y, cuando tiempo después lo leo, me sorprendo ¿Qué puede salir de aquí? ¿A dónde me llevarán las letras? Son preguntas que me hago y se van respondiendo letra a letra, palabra a palabra. Nunca se sabe qué puede llegar a mover un simple aleteo de mariposa y tampoco unas suaves letras en un blog ¿Quién está al otro lado? Nunca se sabe, ¿verdad?

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Es como todo, no se sabe lo que va a acontecer en ningún campo de la vida, pero se pueden intuir las cosas, teniendo un mínimo de intuición, claro. Ahora intuyo que voy a hablar de sentimientos, de sentimientos que no tengo. Llevo un tiempo bastante plano de sentimientos y eso es por ciertas circunstancias personales que no voy a airear aquí. La cuestión es que sin sentimientos o con pocos sentimientos se está más en paz, pero falta un motor de la ecuación “ser humano” que es, para mí, muy importante. Hace que nos movamos hacia ciertas cosas. Sin sentimientos no nos movemos hacia esas cosas y entonces no ocurren los milagros que muchas veces desearíamos.

Pero no es cuestión de milagros y a la vez sí. Es cuestión de que siento que me falta algo y es el sentir, valga la redundancia. No es que no sienta, es que tengo mucha menos potencia al sentir. Y creo, sinceramente, que se nos está llevando a una civilización nula en sentimientos, para que los seres humanos seamos mucho más manejables por “comandos lógicos”. Esto es bastante jodido, porque se podrán normalizar prácticas y conductas muy poco deseables apelando a ciertas lógicas abstractas y sin ningún fundamento real, pero que serán vendidas muy bien. Ya está ocurriendo de echo. Sólo hay que mirar un poco en rededor.

Al final se ha desarrollado un tema bastante interesante sin saber cómo ni por qué. En realidad, de alguna manera, haciendo este ejercicio puedo liberar cosas de mí y es un ejercicio que recomiendo a todo el mundo. Es más, si se hace de manera pública como es el caso, más liberador es. La mente y el corazón saben que está llegando a alguien y que están siendo escuchados. Es una bonita manera de “confesionario”. Un abrazo y gracias por estar ahí…

Ian

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