
Algo, no sé bien qué (aunque tengo mis sospechas), nos está atomizando. En nuestra mente están inoculando un virus de separación, de segregación, de olvido, cada vez mayor. Cada vez escucho más rotura de amistades y vivo también rotura de amistades. Cada vez nos aguantamos menos los unos a los otros. Después de miles de años buscando estar en grupo y hacer amigos, ahora de repente dejamos de querer esto y buscamos una soledad creciente. Muchísimas influencias nos dicen que la soledad es magnífica y que el que es solitario es más inteligente y más capaz que los demás, etc. Yo mismo he promovido estas ideas compartiendo vídeos o imágenes en redes sociales. Pero ahora no lo apoyo tanto, la verdad, viendo lo visto.

Sin embargo, creo que esto no es tan así como lo están pintando. Se necesita del grupo para infinidad de cosas y prescindir de él es un error que nos puede llevar a la destrucción como civilización y a una gran tecno-dictadura. Ya lo han denunciado Orwell y Huxley, entre otros. Pero, como yo hago ahora, lo denunciaron para que no ocurriese. Sin embargo por el camino que vamos se podría decir que ya está ocurriendo, lo que pasa que de una manera muy sibilina. Poco a poco, silenciosamente, “algo” está corrompiendo el comportamiento humano y nos está envileciendo y corrompiendo a marchas forzadas. También nos está dividiendo y haciendo que nos odiemos los unos a los otros y que no confiemos en el prójimo ni queramos ayudarle, apoyarle, acompañarle…

Siento que algo muy gordo está a punto de suceder, no sé cuándo, pero más pronto que tarde, que va a revolucionar nuestra forma de vida. Parece que, para mal, pero tal vez me equivoque y todo esté “conspirando” para que la humanidad tenga un nuevo renacer y florecimiento. Una especie de renacimiento moderno que nos va a deslumbrar por su belleza y magnificencia pero que, ahora, estamos en los dolores del parto que se llama y por eso todo es muy oscuro. Quiero pensarlo así para darme ánimos a mí mismo y a quien lea esto. Pero la cosa pinta bastante mal y lo peor es que, los que sospechamos que está pasando esto, no sabemos qué hacer.

Por mi parte escribo y hago música reivindicando ciertos valores y principios por los que intento regirme todo lo posible, aunque la verdad es que tengo que mejorar mucho, pero bueno. Cada uno hace lo que puede y sabe y cree, y como he comentado en otras ocasiones, al final las cosas de alguna manera “nos suceden”, “nos ocurren” y así cambiamos o actuamos diferente, pero no es que hagamos directamente nosotros sino que somos como olas del océano.
Ian