
Hoy ha sido la luna nueva en Leo. Una luna que invita a nuevos comienzos, a generar inicios y así va a ser en estos días hasta la nueva luna nueva. Tiene que ver con la pasión y con los emprendimientos. Es curioso, porque hoy me he puesto a repasar la novela que tengo a medio terminar. O a medio empezar, mejor dicho.

Hoy le dedico este escrito a esta luna que es la misma de siempre y a la vez no. Hoy comienza algo muy grande en mí y es una nueva perspectiva sobre mí mismo. Yo estoy siendo otro yo poco a poco y me lo noto. Un yo mejor o, mejor dicho, más cercano al ser. Estoy rompiendo poco a poco con clichés que me tenían atrapado y estoy liberándome, pero con equilibrio, paso a paso. Eso está haciendo que sea mucho más profundo el cambio y a largo plazo, como tiene que ser.

Realmente todos estamos cambiando todo el rato, lo que pasa que no nos gusta cambiar en realidad y eso es porque la forma que tenemos nos aporta estabilidad, seguridad, tranquilidad, sensación de familiaridad y todo lo que sea variar esa forma, aunque estemos mal en esa forma, nos intranquiliza, nos produce estrés y ansiedad. Es algo muy curioso que la naturaleza de la naturaleza sea el cambio y que nosotros, los seres humanos, no queramos cambiar. Pero es que los animales tampoco quieren cambiar. Son totalmente rutinarios.

Al final todo está diseñado para que nos cueste cambiar y los cambios que se producen de manera natural nos incomoden. Es como que la vida quiere que aprendamos a amar el cambio. De echo las personas más “exitosas” en la vida son aquellas que mejor se adaptan y más capacidad de cambio tienen. Fluir con fluidez, adaptabilidad y elegancia; la mejor receta para estar bien y tener “éxito”, viendo el éxito como eso, estar bien, lograr superar las etapas que la vida nos va presentando con la mejor de las posturas posibles.
Ian