
¿Cómo conseguir el equilibrio en todo campo de la vida? Es una pregunta que me hago desde hace mucho y todavía no he podido responderla adecuadamente. El equilibro es que las fuerzas que gobiernan todo en la vida de uno estén igualadas, balanceadas, bien medidas y bien distribuidas. Sin embargo, el sentimiento y el pensamiento que se desbocan crean constantemente situaciones de desequilibrio, más grandes o más pequeñas, pero desequilibrio, a fin de cuentas. Esos desequilibrios, si no son contrarrestados, se van sumando, uno tras otro, y crean grandes desequilibrios que son más difíciles de contrarrestar. Además, vamos tapando en la conciencia el echo de que se estén dando esos desequilibrios, por lo que no los compensamos a no ser que se conviertan en un verdadero problema a tratar.

Y es que los seres humanos somos, en general y por desgracia para nosotros, de dejar las cosas para después y de que todo eso que se ha acumulado nos haga sufrir tanto que entonces pongamos manos a la obra para cambiarlo. Es algo que ha asolado a la humanidad desde los inicios, se podría decir. Aunque no conozco los inicios y no creo que exista nadie que los conozca dentro de la especie humana, creo que también sería así al principio, quizá con más razón. O tal vez no, no sabemos. Quizá comenzamos siendo muy virtuosos y acabamos siendo unos desvirtuados casi absolutos, no sabemos. Se dice que humanidades anteriores fueron más elevadas y sus construcciones son prueba de ello. La capacidad de construir una pirámide como la de Keops en Egipto o la de Teotihuacán en México nos hablan de una civilización muy adelantada a su tiempo. Alguien podría decir que la arquitectura que hace falta para construir un ordenador moderno también es una proeza de la ingeniería y eso no significa que la mayoría de la población sea virtuosa ni mucho menos.

Sea como fuere, está claro que el tema del equilibrio y el desequilibrio es un tema muy importante que deberíamos abordar en las escuelas y educar en el mantenimiento del equilibrio en todos los ámbitos de la vida. Ocurre que no interesa, en un mundo regido por la lógica del mercado, que la salud y todo lo que ésta conlleva (alimentación, hábitos saludables de vida como dormir bien, etc.) o las energías libres triunfen pues harían que el mercado colapsara y los lobbies de poder actuales se fuesen a pique. Así que nos quieren desequilibrados, poco saludables y bajos de energía y con la energía sucia.

También en las relaciones nos quieren desequilibrados, poco saludables y bajos de energía y con esa energía sucia, además. Así no nos unimos ni colaboramos unos con otros y estamos, más bien, unos contra otros. Para eso fomentan la separación y la disputa con programación mental en televisión y en redes sociales para que el pueblo llano esté separado, porque si se une y se propone algo no podrían hacer mucho los orquestadores de la civilización actual. Pienso que esos orquestadores vienen de civilizaciones mucho más antiguas y que son más longevos que los seres humanos y por eso son capaces de urdir planes de control y dominación que vayan siendo acometidos por seres humanos a lo largo de los siglos y, además, con éxito por su parte.

Creo que estamos en un momento de la historia humana en que el equilibrio de fuerzas está cada vez más reñido y que el pensamiento divergente y liberador, aquel que se sale fuera de la caja y que tiene muy pocos afiliados puede llegar a lograr un cambio en la balanza a favor de esa liberación y de la humanidad. Tal vez un tweet escrito en el momento oportuno y con las palabras concretas y correctas llegue a inclinar la balanza a nuestro favor, quién sabe. Al final esto es un juego de un ser muy juguetón al que le gusta divertirse y que eres tú o yo o los dos en uno jugando a ser dos…
Ian