
Cuando no puede ser no puede ser y además, es imposible que sea. No es así el dicho exactamente, pero viene a decir lo mismo el que acabo de escribir. El original es; lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Y es verdad. Ahora mismo entre la palabra mismo y la palabra entre hay un espacio en el que no puede estar escrito el Quijote, por ejemplo. Ni tampoco puede existir una casa o una hormiga o un océano. La cosa es que hay veces que queremos cosas que no pueden ser y encima nos frustramos por ello, cuando la cosa es imposible hay que dejarla ir y ya está. Es más, es que ni dejarla ir, por que no hay nada que tenga que irse.

En realidad, es que todo está ya de alguna manera orquestado y lleva la dirección que lleva. Sobre el libre albedrío yo creo que no existe, porque no puede ser que exista si la gente está tan atrapada en su personaje y para cambiar de personaje hagan falta verdaderas proezas. Además, esas proezas, que son llevadas a cabo por personajes que quieren cambiar por ciertas influencias externas que les han condicionado en ese camino, son así en todos los seres. Todos los seres estamos realizando proezas a cada instante sin darnos cuenta o dándonos cuenta, pero realizándolas. Cada acto, cada movimiento, cada suspiro, cambia o modifica el curso de los acontecimientos o digamos que está ahí porque el curso de los acontecimientos pasados así lo quiso. Visto desde este punto de vista no cabe el libre albedrío. Cabría si en cierta manera se pudiese cambiar hasta de cuerpo. No digo que no se puede hacer, pero es muy difícil de hacer o hay muy pocas personas que sepan hacerlo. Aquí está un ejemplo de cambio en el cuerpo verdaderamente curioso…
Quizá el libre albedrío exista a cierto nivel y haya que criarlo, por así decir, para que haya más cantidad de libre albedrío, pero no creo que sea esa la circunstancia. Lo que se puede ver es que somos seres de costumbres y que nos movemos por millones de influencias de todas clases, desde externas a internas y lo que parecen decisiones libres son realmente imposiciones de X factores que nos rodean y conforman. Así que todo lo que estoy escribiendo aquí, hasta los errores que he corregido, debían ser así. Desde mi nivel de azúcar hasta las conversaciones que he tenido con la gente, pasando por lo que he tomado y teniendo en cuenta la temperatura y millones de factores más que se concatenan hasta el pasado más remoto desde el presente actual, todo ello conforma la decisión de poner la palabra poner en lugar de la palabra colocar, por ejemplo. Por ejemplo, escribir por ejemplo al final de la frase anterior es algo que ya estaba “predestinado” por cómo soy yo en mil variantes o, mejor dicho, como estoy siendo ahora, porque, como todo, vamos mutando.
Total, que vaya rollazo que he soltado aquí. Menos mal que esto no lo lee nadie, no creo que haya nadie capaz de aguantar hasta el final de un escrito así, pero tal vez exista esa persona. Si es así, te saludo y te mando un abrazo y no me tengas en cuenta, al final nada importa y nada es más importante que nada (y de esto tampoco estoy muy seguro).
Ian