Me quedo mirando. Pienso qué tengo que escribir, qué quiero escribir, sobre qué podría escribir. Recuerdo el día de hoy, un día curioso. Han pasado cosas curiosas. Pienso en el análisis que he visto sobre la “Renta básica universal”. Buen punto ese. ¿Qué significa realmente y dónde nos llevará? ¿Será para bien? Seguro que será para bien y para mal, como siempre es todo. Aunque, si lo miras desde cierto punto de vista, no es ni para bien ni para mal, sólo es, y punto. Al final todo es, continuamente y en movimiento. Nada está estático. Y, es eso precisamente, nada está estático, la nada está estática, es lo único que está estático.

La pantalla en blanco me va sugiriendo, como puedes ver (si es que hay alguien viendo ahí fuera), cosas aparentemente sin ton ni son, pero es que todo es aparentemente sin ton ni son. Cada cosa que se hace en la vida es sin ton ni son o con todo el ton y el son del mundo, es lo mismo y no a la vez. Es cómo lo quieras ver. Mientras que escribo esto una hormiguita minúscula recorre mi escritorio en busca de comida, cómo no. Es tan fuerte el hambre que hace que un ser tan pequeñito se aventure en algo tan grande como mi mesa para buscar comida. Es algo increíble.

¿Qué estará pensando esa hormiguita? Si es que piensa algo, claro, que no sé, algo pensará, aunque sea rudimentario. Quizá sea mucho más elaborado que lo que muchos humanos piensan. De todas maneras, da igual. Aunque vivamos en un mismo universo, vivimos en universos paralelos. Ella en su universo y yo en el mío. Y cada ser, al final, vive en su propio universo y todo el universo le rodea. El infinito nos rodea a cada instante. Vaya abismo, ¿verdad?
Ian