Solitud

La solitud es la soledad buscada, la soledad aceptada. Qué decir de este tipo de soledad. Sobre todo, que es muy interesante, muy dulce en general. Puede tener un punto agrio nacido de una tendencia antisocial quizá, pero siempre desde el respeto hacia los demás. Realmente desde un amor propio que se extiende más allá de uno y que es posible porque ya se ha vivido un trayecto más o menos largo en la vida y en la carga de experiencias que lo llevan a uno a poder estar solo y disfrutar de ello, sacarle el jugo, sentirse hasta acompañado.

Visto desde otros puntos de vista podríamos decir que todos estamos solos en realidad o que el único estado real del ser que existe es la solitud o la soledad. Nos relacionamos con seres que están solos también y creamos una sensación de unión y de comunidad que, en realidad, es una ilusión que no existe. Es algo que se produce en el momento, pero que luego se destruye para volver a aparecer más adelante en el tiempo cuando nos volvemos a reencontrar, etc. Estas reflexiones me llevan a pensar en que la esencia del universo es una soledad gigantesca que, cuando deja de estar completa en su completitud, se llena de vacíos para buscarse a sí misma entre millones de caras y facetas de soledad.

De ahí nacen todas las historias y todas las sensaciones, emociones, pensamientos, etc. Cualquier constructo que pueda generarse como “realidad” aparecerá en ese universo de vacíos y puntos que se buscan creando la ilusión de movimiento y de historia. La solitud entonces es el estado del ser y el no-ser es el único que, en realidad, está completo o acompañado en su soledad eterna e infinita (tiempo y espacio).

Ian

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