Confianza en uno mismo

¿Cómo tener confianza en uno mismo? El asunto parece difícil a priori porque no sabemos quiénes somos realmente. Entonces, ¿Cómo se puede confiar en alguien a quien no se conoce? Ocurre luego que ponerse a la tarea de conocerse se antoja algo interminable, descomunal, quizá la tarea más ardua a llevar a cabo. Sin embargo, hay humanos que confían plenamente en sí mismos desde muy temprana edad y mantienen esa confianza. ¿Qué hacen esos humanos diferentes a los que no confían?

Hay varias cosas que hacen que son diferentes. Por ejemplo, hacen lo que dicen que van a hacer. No se quejan. Son fiables y fieles a sus valores. Son constantes, etc. Todas esto son cualidades que se pueden aprender y desarrollar y que nos llevarían a una confianza en nosotros mismos creciente y más sólida cada vez. También se puede mirar desde un punto de vista más espiritual si se quiere y darnos cuenta de que somos el universo expresándose a sí mismo de una forma única desde nuestro avatar o personaje. Esto hace que confiemos en nosotros mismos porque tenemos todos los recursos del universo a nuestro favor para lograr lo que nos propongamos y eso mismo nos ofrece la seguridad y el aplomo suficiente como para confiar en nosotros mismos.

A esta confianza en nosotros mismos se oponen los miedos, las inseguridades, las vergüenzas, las culpabilidades, las dudas, etc. Es normal sentir alguna o varias de estas sensaciones y tener los trenes de pensamiento que acompañan a dichas sensaciones, pero no podemos dejar que nos embarguen y puedan con nosotros. La manera de combatir estos miedos, pues al final son todo tipos de miedo, es ir a la raíz base de ese miedo y darle la luz suficiente, la consciencia suficiente como para que el miedo termine tornándose en amor. El miedo más grande que existe es el miedo a no ser, o el miedo a la muerte se podría decir también, pero a eso, a desaparecer, a dejar de existir. Sin embargo, eso es imposible si lo meditas un poco. Todo lo que existe continúa existiendo de una manera u otra, transformándose de un estado a otro, pero existiendo, a fin de cuentas.

Y lo que no existe no puede existir ni afectar a la existencia. Así que todo está ya en su sitio y con su misión y va rodando y rodando por la carretera de la existencia o, más bien, por el océano y uno navega por las corrientes oceánicas hacia los diferentes destinos que tenga que ir, sean los que sean, creados o no por uno mismo.

Ian

Deja un comentario