¿De qué depende que cambiemos o no?

¿Por qué hay gente que adelgaza y otra no? ¿Por qué hay gente que deja de fumar y otra no? Está claro que el cambio es posible y se supone que es posible para todos nosotros. Sin embargo no todo el mundo cambia, la mayoría se mantiene como está hasta que, normalmente, si ha seguido unas rutinas destructivas, éstas le destruyen o dañan y entonces decide hacer el cambio. Es una pena que tengamos que llegar a una situación destructiva para cambiar. Pero, ¿Qué hace falta conseguir para lograr un cambio verdadero en uno mismo y una situación concreta? Yo creo que hace falta una motivación potente, energía para poder llevar a cabo el cambio y resolución para no esperar a que la cosa se ponga destructiva. Actuar antes de la tragedia.

Para ello hace falta una decisión inquebrantable con fe en que se va a conseguir el objetivo y cambiar nuestra identidad con respecto a algo. Yo, por ejemplo, soy fumador por desgracia. Pues tengo que hacerme con una decisión inquebrantable de dejarlo. Decidir dejarlo de una vez por todas. Para ello tengo que reunir energía suficiente para poder mantener mi decisión y que no se “desgaste” y vuelva a fumar (en ello estoy). A la vez estoy resuelto a conseguirlo porque no quiero esperar a que la cosa se ponga destructiva. Según los chamanes Toltecas, el mero hecho de reunir energía vital (hay varios métodos para reunirla) provoca cambios en la estructura del comportamiento. Libera condicionamientos y trabas heredadas o aprendidas socialmente hablando. Logra que nuestra voluntad se fortalezca hasta llegar, si uno se mantiene en la adquisición de energía y no la malgasta, al intento inflexible con el cual se pueden lograr proezas inimaginables. Esto es la fe inquebrantable que tenía Cristo, por ejemplo, con la que podía manifestar al instante aquello que deseara manifestar.

Ahora bien, una vez se consigue esta fe inquebrantable o intento inflexible, ya no se quieren manifestar cosas por capricho. Ahora se está alineado con el intento, con Dios o con el universo, como quieras llamarle. De tal manera que se actúa en torno a una voluntad mayor que la nuestra y que, de alguna manera, parece ser la nuestra. Esta voluntad mayor nos irá llevando cada vez por caminos más curiosos y extraños para lograr nuestros objetivos de liberación y de responsabilidad y cuanto más libres y responsables seamos más raros serás los caminos que transitemos. Raros con respecto a los caminos preestablecidos.

Todo esto lo digo en parte por conocimiento teórico y en parte por conocimiento práctico. Sé que tengo que reunir más conocimiento práctico o sabiduría y en ello estoy. Mientras, en el camino, voy haciendo cosas como escribir este texto que me sirven para soltar y expresar lo que ya he experimentado o lo que estoy experimentando, por si pudiera servir de algo a alguien…

Ian

Deja un comentario