Escribir siempre escribir

Escuchar mientras se lee…

Escribir es una capacidad que tiene infinitas posibilidades. Es verdad que, en ciertas épocas, sino en todas, ha existido la censura y la autocensura. Muchos temas no se podían tocar o se podían tocar usando eufemismos. Por tanto, escritura cruda pura y dura hay poca. Pero autores que han sido crudos y duros los hay y han llegado al espíritu de muchos seres humanos a lo largo de la historia. El amor es uno de los temas más recurrentes dentro de los escritos, pero hay escritos y escrituras como seres humanos y temas existen. Muchos libros son libros proscritos que sólo unos pocos han conseguido leer y les ha cambiado la vida. Otros leyendo una novela barata dan un giro de 180º a su vida.

Existen escrituras consideradas sagradas, aunque existen variaciones de las mismas y adeptos a las mismas que aseguran que su variación es la que vale, que es la “verdadera”. Habría que leer mucho para poder decir, bajo criterio propio, qué escritura es más “válida” para la persona que la lea. Pero bueno, me voy a autocensurar en este tema porque es muy polémico. Cada cuál que elija sus escrituras sagradas.

Pero escribir es algo muy liberador y recomendable de llevar a cabo. Se dice que los grandes hombres no escribieron o escribieron muy poco, pero yo creo que eso no es tan así. Seguramente sí escribieron, pero para los suyos. Por ejemplo, existe un evangelio que supuestamente está escrito por Jesús. Jesús estaba versado en muchas disciplinas antiguas y mistéricas según dicen, así que tuvo que escribir sí o sí y mucho, además. Ahora, que haya llegado a nuestros tiempos lo que escribió o no, eso ya es otro cantar. Pero la verdad es que me gustaría leer algo que hubiese escrito Jesús.

Enlazando palabras se puede llegar al corazón de la gente, conmover a grandes personalidades y trascender la barrera natural del tiempo y la muerte para permanecer un poco más de tiempo en el mundo. Se puede rozar la imaginación de alguien del futuro y hacer que se plantee su forma de vida, por ejemplo, una vez ya muerto el escritor. Es un arte muy poderoso y a la vez muy sutil, porque va como por debajo del sustrato de los acontecimientos. En ello es parecido a la música, que también es sutil. La música es más como la pintura, pero si contiene letra se acerca a la escritura. Ocurre que los mensajes que una novela o un ensayo dan son muchísimo más elaborados y complejos que los que da una canción. En este caso la ópera se acercaría a una novela, pero muy de lejos en cuanto a cantidad de mensaje. Sin embargo, la calidad emocional puede llegar a ser más impactante en una ópera que en una novela.

Total, que yo lo que quería era escribir un poco y mira, esto me ha salido. ¿Qué te parece? (si es que hay alguien leyendo esto). Te mando un abrazo fuerte desde mi atalaya y espero que hayas disfrutado de mi disertación un poco alocada.

Ian

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