Lo convencional ya lo conocemos. Tener mucho dinero, fama, prestigio, ser reconocido y admirado por todos, etc. etc. Aproximadamente esa es la idea de éxito que nos ronda a todos por la cabeza. Pero qué tal si hubiesen otras formas de éxito mucho más interesantes que esa como, por ejemplo, desvelar los grandes misterios de la vida o, por lo menos, uno de ellos: ¿Para qué estamos aquí? ¿Quiénes somos? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Existe la manera perfecta de vivir?
Existen todo tipo de seres humanos, pero creo que existe un tipo muy concreto que ha conseguido un clase de éxito «secreto» que les lleva a estar en comunión con todo o en equilibrio con todo. Mediante algún tipo de disciplina muy antigua y hermética que sólo unos pocos privilegiados llegan a conocer. Existen ejemplos de seres humanos que se alimentan sólo de sol como es el caso estudiado por la ciencia del «yogui Hira Ratan Manek, originario de la India e ingeniero retirado, quien afirma públicamente haber logrado, gracias a la práctica del yoga solar, vivir períodos de más de un año sin la necesidad de probar alimentos» (El hombre que se alimenta de Sol)

Sea como fuere, no creo que la forma de vida establecida socialmente con respecto al éxito sea la única forma de éxito ni mucho menos. Para mí un verdadero éxito sería conocerme a mí mismo antes de morir, si no la totalidad de mí mismo, gran parte al menos. Se supone que los brujos Toltecas llegaban, algunos, a encenderse en la totalidad de sí mismos antes de «morir» e irse de aquí. Sea esto cierto o no, he experimentado en carnes propias intensidades muy grandes de conciencia y creo que si hubiesen sido un poco más grandes me hubiera incendiado de esa manera. Creo que este nivel de éxito se puede lograr y que es un gran éxito, por mucho que sea muy desconocido para la gran mayoría.
Es más, si la gran mayoría supiese de estas cosas las tildaría de locuras. La energía puesta en la vida cotidiana y sus menudencias hace que la fuerza de atención se pierda en esas menudencias y no se pueda emplear en otras cosas. Yo soy el primero que se pierde en menudencias, ojo, pero por lo menos lo sé. Todavía hay mucho que hacer y que vivir y, sobre todo, hacer que las cosas sean más sencillas para abordarlas mejor. Para poder llegar con energía a las grandes metas metafísicas. Total, muchas palabras que no dicen nada seguramente, pero algo quedará en algún recoveco de algún espíritu que las lea…
Ian