Hipnosis

Escuchar mientras se lee…

Todos estamos en un estado hipnótico complejo y con muchas vertientes. Se le llama en esoterismo «El sueño vigílico». En este estado todos tenemos un corpus de creencias sobre cómo es el mundo y sobre cómo somos nosotros en el mundo. La cuestión es que la gran mayoría de las personas tenemos muchísimas creencias o programaciones hipnóticas que no son nuestras, vienen de fuera, de otros que ya estaban antes que nosotros. Pueden ser nuestros padres, nuestros amigos, la televisión, la religión, etc. Toda respuesta hacia una pregunta dada que se repita se puede decir que es producto de una hipnosis.

Si yo le pregunto a alguien al azar ¿Qué forma tiene el planeta Tierra? La respuesta inmediata va a ser «redondo» o «esférico» en el mejor de los casos. Sin embargo, si a la persona se la «desprograma» un poco diciéndole «¿tú lo has visto con tus propios ojos?» lo que va a ocurrir ahí y que seguramente esté ocurriendo en ti ahora mismo, es una reacción violenta hacia esa humilde pregunta. ¿Por qué? Porque cuestiona de una forma rotunda un corpus de creencias insertadas por otros y en el que estamos cómodos porque lo damos por sentado. Sin embargo, siendo honestos con nosotros mismos, realmente no sabemos cómo es la Tierra. Es más, se supone que la Tierra gira a 1670 km/h en el ecuador, según la «ciencia», pero nadie nota ese movimiento vertiginoso. Parece que la ley de la inercia deja de funcionar en masas muy grandes.

El ejemplo de la Tierra es tan solo uno. Si le preguntas a una persona al azar ¿El hombre viajó a la Luna? La respuesta será, «sí claro, por supuesto» o algo parecido. Es otra cosa que muchísima gente da por sentada cuando hay miles de evidencias de que no fue así si se investiga un poco. Además, sólo hay que ver el supuesto módulo lunar y la tecnología que existía en aquella época y ver lo ridículo de pensar que con eso fueron y vinieron de la Luna. Pero no sólo eso, ¿por qué no se ha vuelto a ir a la Luna?

La creencias hipnóticas implantadas son miles y limpiarse de ellas es un trabajo arduo que significa un choque con uno mismo, pero también una liberación muy grande una vez se ha conseguido limpiar una cantidad razonable de creencias hipnóticas que nos han inculcado unos que sí saben cómo es la Tierra, dónde estamos metidos y qué pasa con este juego y que, por supuesto, emplean un trabajo monumental en hacer que los demás no sepamos de qué va y qué podemos hacer con ello una vez lo sepamos.

Al final cada uno es responsable de darse cuenta de que está hipnotizado y darse entonces a la tarea de despertar del sueño vigílico. Ocurre que no sólo es una tarea titánica que supone la ruptura de muchas «seguridades» sino que, además, estaremos prácticamente solos en esa tarea y encima tendremos al grueso de la sociedad en nuestra contra en el momento que esgrimamos algún punto de vista «fuera de la caja». Pérdida de amistades, de familiares y muchas otras cosas nos pueden ocurrir. Pero si se quiere saber la verdad o, por lo menos, detectar la mentira, hay que meterse en la madriguera de conejos sí o sí…

Ian

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