Siempre he querido cambiar el mundo, no me gustaba cómo era. Me sigue sin agradar mucho, la verdad, pero ahora lo veo con otros ojos. Veo dolor como el de millones de niños que pasan hambre o que son violados repetidas veces por las mafias que trafican con ellos y cosas de este tipo y no puedo sentir agrado por este mundo. Sin embargo también existen millones de personas que ayudan a otros a estar mejor, a superar traumas, etc. No sé por qué el mundo es como es, pero es como es y, además, no puedo hacer nada por cambiarlo. Seguirá siendo así, variarán cosas y se puede mejorar mucho, pero siempre existirá una pugna por el poder y una guerra entre egos más o menos inflados.

Dentro de este panorama lo único que puedo hacer es intentar cambiarme a mí mismo y esto es una tarea harto difícil ya. Me doy cuenta de que últimamente mi espíritu me está llevando a investigar y experimentar cosas que sirven para el cambio personal, para estructurar ese cambio y llevarlo a buen puerto. Cosas como la hipnosis o el control mental de Silva. También el Seminario Fénix de Brian Tracy y lecturas varias. Todo se va tornando hacia lo que voy a hacer en el futuro con mi vida y me da en la intuición que va a ser muy interesante y ameno. Si todo va por donde está yendo la cosa ahora voy a poder ayudar a mucha gente a mejorar sus vidas y eso ya es mejorar el mundo, por lo menos el humano.
Pero no me quiero adelantar. Por ahora estoy trabajando en mi mismo, o tragozando mejor dicho y disfrutando de algunos cambios significativos que me están haciendo salir del atasco en el que estaba metido y ver la luz al final del túnel, como se suele decir. Al final esta vida es una aventura que te va diciendo, poco a poco o paso a paso hacia dónde hay que ir y tú vas o te paras un rato en el camino. En ambos casos, nunca el tiempo es perdido, como dice Manolo García. Y es verdad, el tiempo no se pierde, el tiempo es y se vivencia de una forma u otra, pero no se pierde. Obviamente si haces una cosa hay millones que no puedes hacer. O si estás en la cárcel hay millones de cosas que no puedes hacer literalmente porque no puedes, pero puedes hacer otras que te pueden ayudar mucho a mejorar.
Se trata a fin de cuentas de que el cambio se está dando todo el rato, fuera y dentro, pero es interesante saber cómo cambiar cosas que nos hacen sufrir o no nos dejan vivir plenamente y cambiarlas desde la conciencia y sin esperar a salvadores, digamos. Muchos prójimos nos pueden ayudar de alguna manera a levantar el vuelo, pero nosotros siempre somos, en última estancia, los que deben mover las alas para volar.
Ian