Todo cambia, nada permanece…

Escuchar mientras se lee…

En esta frase, extraída del Kybalion, se puede apreciar algo en el silogismo muy interesante. Primero el antagonismo entre las palabras «todo» y «nada» y luego los adjetivos «cambia» y «permanece». «Todo cambia», cierto, algo muy obvio, pero eso de «nada permanece» creo que encierra un guiño de sabiduría. Y es que, lo único que permanece es, precisamente, la nada. Si se mira desde el Tao-Te-King el Tao que puede ser nombrado no es el verdadero Tao. El Tao innombrable es la madre de todas las cosas. El Tao innombrable es la nada del Kybalion…

Los grandes filósofos de todos los tiempos han hablado de una nada que, además, parece ser el motor de todo lo demás. Qué tal si uno accediese a esa nada, ¿Qué pasaría? Se supone que en ciertos estados de meditación se puede acceder a un estado que se podría llamar de «nadedad». Desde ahí podríamos vivenciar lo permanente. Y es que, tampoco hay que ir tan lejos para vivenciarlo. Desde que tenemos uso de razón y desde antes en nosotros hay un estado de observador que siempre ha estado ahí y siempre estará, inclusive en personas que tienen alzheimer existe algo que está observando siempre.

Y yo me pregunto; ¿Esa nada, ese observador, esa consciencia detrás de la consciencia se manifiesta en el mundo de alguna manera? Según parece la respuesta es sí. En forma de serendipia o de sincronicidad, como decía Carl Jung. Eventos sincrónicos que nos alertan de alguna manera sobre algo, o toparnos con una persona concreta en un momento concreto cuando a todas luces parecería imposible.

Alguien dice tu nombre en una conversación pero no es por ti ni para ti, pero la conversación te está diciendo algo sobre ti. Hay muchas situaciones muy curiosas que se dan en la vida en las que parece que algo, de manera bastante abstracta se comunica con nosotros. Además, yo diría que siempre está haciéndolo, lo que pasa que nuestra capacidad de prestarle atención está tan disminuida por las vidas que llevamos y por la dirección que lleva nuestra atención en general, que no podemos percatarnos.

Pero hay buenas noticias. Primero, saber que esto es así ya implica que podemos prestarle más atención a partir de ahora y mantener el gusanillo de ver qué nos dice la nada. Podemos entrenar la intuición para poder conectar con más facilidad con estas eventualidades que se están dando a cada instante. Para ello puedes jugar todos los días un rato a las cartas zener y así desarrollar tu intuición y luego jugar a interpretar las situaciones anormales que te pasen, que son muchas más de las que creemos, lo que pasa que estamos desentrenados. Por ejemplo, puedes observar a gente que no suele estar en tu zona, gente que aparece una vez y no más. Sobre qué te hacen pensar esas personas y qué sacan de ti y por qué sale eso de ti.

Son muchas cosas las que se nos van en la vida porque estamos centrados en tres o cuatro temas una y otra vez, una y otra vez y de ahí no salimos (yo el primero, ¡eh!). Espero que esta reflexión le sirva a alguien para aumentar su atención hacia el Tao de la vida, hacia la Nada que está detrás de Todo y que nos habla de alguna manera…

Ian

Deja un comentario