Casi todos hemos vivido momentos en los que no queríamos vivir más, en los que queríamos irnos de aquí cuanto antes porque la situación era insoportable. Hay situaciones en que esto se alarga más en el tiempo y a esto se le llama depresión. Pero, ¿Qué hay detrás de algo así? Según el esoterismo lo que nos está presionando es la pulsión de muerte. Existen dos pulsiones básicas, como una especie de respiración. Está la pulsión de muerte y la pulsión de vida. Según prevalezca una sobre la otra estaremos deprimidos o vitales. En la época en la que estamos y yo diría que en casi todas las épocas la pulsión que ha prevalecido por encima de la otra es la pulsión de muerte.
Es como que sentimos que vamos hacia allí inexorablemente y si la situación vital que estamos pasando no es favorable o aunque lo sea, si la energía o la vitalidad están tan bajas que no queremos nada, no tenemos ganas de nada, etc. la pulsión de muerte nos gana la batalla y nos lleva a su terreno. La pulsión de muerte se caracteriza por la inmovilidad, la rigidez, la tristeza en el ánimo y la frialdad. Todo lo que tenga que ver con la muerte. Nos lleva a no hacer nada, a no querer hacer nada, a que sea horrible hacer algo.
Para combatir esta pulsión hay que evocar a la pulsión de vida que contraria y complementaria. Se caracteriza por la movilidad, la fluidez, la alegría en el ánimo y la calidez. Todo lo que sea hacer pequeños movimientos en la mente y en lo físico es bueno para ganarle terreno a la pulsión de muerte. Tener una actitud de agradecimiento ante las cosas que tenemos y que nos permiten estar vivos aunque nosotros queramos morir. Sabemos que no estamos haciendo las cosas bien cuando estamos muriendo en vida y sin embargo es como una adicción, es muy difícil parar esta pulsión. Pero no es imposible, se puede.
Una cosa que se puede hacer es buscar a un buen hipnoterapeuta que corrija con la hipnosis esa tendencia nuestra a la pulsión de muerte y nos ayude a desviarla hacia la pulsión de vida. Con un buen trabajo en hipnoterapia se puede lograr mucho en poco tiempo. Volver a apreciar las cosas bonitas de la vida, agradecer de nuevo el estar vivo, etc. Ya que estamos vivos, por lo menos estar bien, digo yo. Así que espero que estés en la pulsión de vida y, sino es así, que te fuerces a ti mismo/misma a ir hacia la pulsión de vida, sólo por no sufrir. Aunque también he de decir que hay mucha gente adicta al sufrimiento y que poco o nada se puede hacer por ellos si no quieren «desengancharse»…
Ian
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