La Gran Epopeya

Escuchar mientras se lee…

No sabemos qué es, por qué está ocurriendo y a dónde nos lleva. La vida es una incógnita mayúscula. Cada cuál la vive con una intensidad única y con sus notas personales. Unos más superficialmente, otros con más profundidad. Algunos, pocos, con una intensidad fuera de lo común. Parece que se puede elegir qué hacer en ella, aunque la mayoría elija vivir como está preestablecido, hacer las cosas como son dictadas por otros con «mayor» autoridad. Escapar de esa «carrera de la rata» no es cosa fácil. Hay que pasar por alto muchas presiones y dogmas que nos atrapan y nos dicen cómo se juega a este juego, si es que es un juego.

No existe un manual de instrucciones que te diga qué tienes que hacer en la vida, pero sí existen unas leyes claras que se pueden aprender y que sirven para poder prosperar en ella de maneras cada vez más óptimas si se conocen estas leyes. Una ley fácil de corroborar es la ley que dice que «aquello a lo que prestas atención crece» y, como deducción de la misma, aquello a lo que le retiras tu atención decrece hasta llegar a desaparecer. Esta ley es sumamente útil para saber moverse en la vida. Si para ti algo es muy importante eso va a crecer en tu vida, aunque sea algo negativo para ti. Por eso aquella frase de Salvador Dalí «lo importante es que hablen de ti, aunque sea bien». La atención, qué cosa más interesante…

Se podría decir que la vida está determinada por la atención. Aquello a lo que prestamos atención hace que vivamos mejor o peor, con más intensidad o con menos, con más felicidad o con menos. Si le prestas tu atención a desarrollar buenos hábitos de vida, por ejemplo, llevarás una vida mejor. Un buen hábito puede ser el optimismo. Una persona optimista va a superar mucho mejor situaciones duras que se presentan en la vida que una pesimista. Esto que parece tan simple es algo que es muy difícil de lograr porque tenemos un sesgo cognitivo que nos hace centrarnos en las situaciones peores debido a los milenios de supervivencia por los que hemos pasado. Todo aquello que significa posibilidad de morir nos mueve la atención de manera muy potente, aunque la creencia que tenga nuestro subconsciente al respecto sea errónea. Pero al haberla aprendido así se manifiesta como un miedo muy grande que nos paraliza ante ciertas situaciones de la vida que, para otros, son normales.

Otra ley a tener en cuenta es la ley de causa-efecto. Es una ley que está operando constantemente y se puede ver en todas las circunstancias de la vida. Opera a diversos niveles y esto significa que cuando algo nos parece «casualidad» es simplemente porque no hemos visto las causas y los efectos que hay detrás de esa «casualidad». Podemos usar la ley de causa-efecto a nuestro favor creando causas positivas para nosotros y los demás y minimizando o haciendo desaparecer (quitándoles nuestra atención) causas dañinas para nosotros y también para los demás por añadidura. Como no nos educan sobre esta ley de manera pormenorizada tenemos que aprender a base de golpes sobre ella. Una vez que se va aprendiendo también se pueden enmendar las causas negativas y transformarlas en positivas.

«Lo similar atrae a lo similar» es otra ley fundamental a tener en cuenta si queremos lograr algo. Por ejemplo, si queremos aprender del juego del dinero tenemos que rodearnos de personas que ya estén jugando este juego y lo hagan bien. Al principio va a ser difícil hacerlo físicamente hablando, pero mediante internet uno puede seleccionar el tipo de personas de las que se rodea y luego también a nivel físico. Lo mismo ocurre si queremos aprender más sobre la espiritualidad, debemos rodearnos de personas espirituales. Todo esto tiene matices. No nos rodearemos de cualquier persona que vaya de espiritual por la vida, sino de personas que claramente estén avanzando en este camino y que se vea por sus actos. Lo mismo para personas que jueguen bien al juego del dinero, pero dentro de una ética profesional. Un narcotraficante no nos interesa como modelo, por lo menos a mí.

Si prestas atención verás que los diamantes están dónde se encuentran las vetas de diamantes, el oro con el oro, el hierro con el hierro, etc. Así es todo en la naturaleza. También ocurre con los caracteres humanos. Según «críes» un carácter u otro vas a rodearte de personas de un tipo o de otras, es normal. Si juegas al tenis conocerás a personas que juegan al tenis.

Para finalizar, sólo decir que dentro de esta gran incógnita que es la vida podemos aprender a elegir de manera sabia aquello que hacemos, con quien tratamos y qué deseamos hacer de nuestra vida debido a ello. Es cuestión de elecciones constantes. Para ir «por el buen camino» hay que tener una disciplina constante ya que las distracciones y tentaciones para que nos desviemos de ese camino son muchas y cada vez más. Y, ¿Cuál es el «buen camino»? Creo que aquel que te aporta energía, vitalidad, felicidad, plenitud, dicha, alegría. Y estas cosas no las aportan las gratificaciones instantáneas como pueda ser drogarse o ver la TV, etc. Estas cosas las aportan los proyectos a largo plazo, el tener conciencia de tu vida y de tus propias metas elegidas con respecto a caminar por ese «buen camino». Es un camino mucho más duro, pero es tu propio camino y, además, se va haciendo más ligero a medida que se avanza en él. Y, lo más importante, te hace más libre…

Ian

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