Estamos solos en el infinito. El flujo del tiempo nos atraviesa y nos moviliza a hacer cosas, a vivir cosas. La cuestión es ¿Qué elijo vivir? Dentro de las posibilidades de elección, que son más grandes de lo que podemos imaginar, existen muchos caminos que se pueden tomar, muchos rumbos a navegar dentro del océano de tiempo en el que estamos flotando. El punto a tener en cuenta en esta decisión es qué tipo caminos quiero transitar. Según los chamanes Toltecas existen sólo dos tipos de caminos; los caminos con corazón y los caminos sin corazón. Los caminos con corazón son uno con nosotros, nos ofrecen energía y satisfacción. Un camino con corazón podría ser hacer ejercicio, por ejemplo. Los caminos sin corazón son diferentes a nosotros, nos quitan energía y nos entristecen, enferman, encolerizan, etc. Un camino sin corazón podría ser drogarse.

Visto lo visto, antes de emprender un camino habría que preguntarse siempre ¿Este camino tiene corazón? Si la respuesta es sí, entonces es un camino digno de emprenderse. Si la respuesta es no, mejor no meterse. Sin embargo todos estamos metidos en los dos tipos de caminos de alguna manera. Muy poca gente es capaz de transitar sólo caminos con corazón. Deben ser impecables para ello y haber elegido cuidadosamente cada camino que han emprendido para que siempre sean con corazón. Estos chamanes dicen que da igual el camino que se tome, que ninguno lleva a ningún lugar. Lo que pasa que la preferencia que tienen los chamanes es por los caminos con corazón, pues ellos persiguen la libertad total y para ello necesitan de cada ápice de energía. Como los caminos sin corazón les drenan la energía, no los toman.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿Cómo se vería un ser humano que hubiese elegido caminos con corazón en la mayoría de las ocasiones? Se vería pleno de energía, vivo, capaz, valiente, fuerte, vibrante, osado, ágil, inteligente, empoderado a fin de cuentas. Un ser humano así tendría poder en todos los ámbitos de la vida. Podría ser una figura conocida o desconocida, según eligiese, aunque seguramente sería desconocida, pues la fama drena mucha energía ya que fija muchas atenciones sobre la persona y esto entorpece el buen fluir en la vida. Es una de las razones por las que los chamanes Toltecas preferían vivir en el anonimato, borrando su historia personal y siendo casi fantasmas allí donde fueran. Aunque según su manera de verlo, los fantasmas son todas las demás personas, que viven sin rumbo ni determinación, perdidas en su propio ego y tirando la vida en estupideces.
Por tanto a la pregunta ¿Qué rumbo tomar? la respuesta podría ser «aquel que siempre me lleve por caminos con corazón». Un rumbo constructivo, disciplinado, en el sentido de que siempre se está atento para elegir esos caminos con corazón. Un rumbo elegido por uno y no por los demás. Elegir hacer ejercicio en lugar de no hacerlo, elegir comer bien el lugar de comer mal, etc. etc. Con respecto a las relaciones humanas elegir la manera óptima de relacionarnos que, por lo menos para mí, es el arte del acecho. Con relación a las finanzas elegir aprender sobre ellas y sobre los negocios para ser abundante económicamente hablando ya que así podremos estar liberados de las ataduras de la pobreza y las deudas. Con respecto al pasado liberarse de él, aprender sus lecciones, pero dejarlo ir aceptando lo que pasó para que no sea un lastre en nuestra vida y en nuestra energía. Y con respecto al futuro rebajando al máximo la preocupación e intentando vivir el presente con la mayor intensidad posible.
Ian