Morir a lo inservible

He de morir a todo aquello que es inservible en mí, en mi forma de ser actual o, más que forma de ser, forma de actuar, de desenvolverme. Creo que mi ser siempre ha sido, es y será el mismo. El observador de todo el ir y venir de este sueño que fluctúa como la ilusión que es, en la que nada permanece exceptuando el cambio. Morir a lo inservible es necesario cada cierto tiempo, porque vamos acumulando creencias y formas de pensar que nos entorpecen e inclusive enferman si continuamos manteniéndolas. El asunto consiste entonces en determinar cuáles son esas creencias y formas de pensar y actuar. Cómo deshacerse de ellas es otra cosa.

Para ello hay que abrazar el por qué nos sirvieron en su momento y aceptarlo y luego dejarlo ir, sin más, decir adiós. Se dará un tiempo de duelo porque esa costumbre o creencia lleva mucho tiempo arraigada en nosotros y en realidad las raíces que tiene son grandes, pero con tesón y constancia podemos arrancarlas y tirarlas a la basura. No hay que tener miedo a decir adiós, es algo muy liberador.

Una vez nos hayamos liberado de aquella forma de pensar, de actuar o de creencia agradeceremos cada día el ser libres en esa región de nuestro ser. Lo agradeceremos cada vez que la recordemos, ya como algo que fue y gracias a uno mismo ya no es. Esta forma de alegría nos hace más ligeros, más felices, más nosotros mismos. Dicen que hay que olvidar prácticamente el 90% de todo lo que sabemos para poder empezar a saber de verdad y reconocer nuestro ser más íntimo. Quién sabe, si llego algún día a eso tal vez lo cuente.

Mientras tanto sigo empeñado en olvidar y hacer hueco en mi vida para lo nuevo, lo vibrante, lo saludable. Siento que hay tanto por lograr que me abruma, pero estar en el camino es ya algo muy nuevo, vibrante y saludable para mí. Tengo muchas ganas de morir y renacer a mi nuevo yo que no será más que un reflejo un poco más cercano de mi ser real. Y luego, después de un tiempo, repetir el ciclo para pulir un poco más y un poco más de tal manera que llegue a ser prácticamente mi ser puro, sin filtros, sin máscaras que lo opaquen.

Ian

Deja un comentario