Está muy de moda ahora esta frase: Salir de Matrix. Gran parte de nosotros nos sentimos atrapados en esta vida extraña y confusa. No sabemos qué hacer y, en general, la mayoría de la gente sigue a la mayoría de la gente, valga la redundancia. Cosa que implica seguir a gente que está perdida de por sí y que se está perdiendo cada vez más. En resumen, una locura.
Luego están los que pretenden sacarnos de la Matrix y nos meten mucho más de lleno. Yo también he querido evadirme de esta vida y liberarme de ella y he buscado y buscado y he encontrado filosofías interesantes, pero muy mórbidas por sus implicaciones. Una de ellas es la Sabiduría Hiperbórea. Es algo que me ha trastocado profundamente a la hora de enfocar la vida y ha resultado un varapalo muy grande en mi vida. Sin embargo ahora me doy cuenta de que esta «Sabiduría» te deja sin saber cómo moverte en el mundo del demiurgo, que es el amo y señor de estas lindes. Bueno, si quieres investigar investiga, pero te advierto que es algo que remueve mucho y que puede llevarte a la misma locura.

Otra opción muy interesante e intensa que investigué en su momento sobre la salida de Matrix son los libros de Carlos Castaneda y toda la cosmovisión de los brujos Toltecas. De base hay algo que me gusta mucho de esa visión y es que ellos no catalogan el universo como algo definido. Es decir, como por ejemplo se hace en la Sabiduría Hiperbórea diciendo que el demiurgo es el que lo domina todo y nos somete. Sí hablan del Águila, que podría asemejarse al concepto Hiperbóreo de demiurgo, pero los Toltecas la contemplan como algo incognoscible que actúa en nuestro mundo de maneras muy extrañas. Luego, su manera de ver el mundo o el universo es que es un campo de batalla, un universo depredador en el que hay que adoptar el camino del guerrero para poder sortear las diferentes etapas de la vida con maestría e impecabilidad.
Otro enfoque muy interesante sobre el mundo en el que estamos metidos es el del libro «El colegio invisible – Guerra en el cielo» de Kyle Griffit. En él se describe como después de morir vamos a una especie de criba en la que entidades más poderosas que nosotros nos fagocitan y drenan la energía y, llegado el momento, tenemos que volver a reencarnar para recuperar la energía perdida y volver a crear así el ciclo de siembra y cosecha que parece que existe con los seres humanos al igual que con otros animales y plantas. Total, un fregao del bueno.
Para finalizar sólo decir que ahora estoy investigando sobre la ley de asunción, atracción, etc. y sobre negocios varios para mejorar mi vida y mi situación porque estas «filosofías» me han mermado en cierta medida a la hora de enfrentarme al mundo, pero también porque no he sabido integrarlas correctamente a mi vida (o eso creo ahora, veremos en un futuro).
Ian.